«Solo si encontramos la paz dentro de ti,
encontrarás una verdadera conexión con los demás».

                  Antes del amanecer

Todos los días conversamos. Se me hace imposible pensar en pasar todo un día sin hablar. Se cree que las mujeres dicen alrededor de 27,000 palabras al día y los hombres alrededor de 10,000. De todas las palabras que decimos al día, de todas las conversaciones que establecemos a diario, ¿cuántas son simplemente palabras vacías?

La comunicación es parte de ser humano. Desde el principio de los tiempos, el hombre se ha hecho escuchar, ha aprendido alzar su voz. ¿En qué momento nos dejó de importar lo que decimos? La comunicación nos abre la puerta para compartir nuestro mundo, para darle la oportunidad a alguien de echarle un vistazo a nuestra realidad, a nuestra perspectiva del mundo. Y, al mismo tiempo, nos deja conocer una infinidad de mundos nuevos, conocer nuevas formas de pensar y conectar con los demás. ¿Cómo esperamos hacerlo si hemos dejado de decir lo que pesamos?

Últimamente me he puesto a pensar en todas las palabras no dichas. En todas esas veces en las que no hemos sido suficientemente valientes para hacernos escuchar y compartir un pedazo de nuestro mundo. Es difícil conectar con el mundo o con una persona si no dejamos ver un poco de nuestra realidad, si no decimos lo que realmente pensamos o preferimos quedarnos callados.

Nos hemos privado de mostrarle al mundo quiénes somos y con eso nos privamos a nosotros de generar una conexión con alguien. Las conexiones que creamos con los demás son importantes. Nos vuelven más sensibles al mundo, nos enseñan belleza en lugares que jamás imaginamos, nos retan a tener conversaciones difíciles y ver y aceptar distintos puntos de vista. No con todos podemos crear una conexión, pero a veces solo se necesita una de esas pequeñas conversaciones donde simplemente hay dejar ser.

Escuchar, esforzarte en conocer y tratar de entender es parte de la magia del mundo. Conversaciones sobre qué camino deseas para tu vida, qué es de lo que te detiene, cuáles son tus fortaleza o debilidades son las que nos ayudan a conectar. Son el tipo de conversaciones que no se tiene con todo el mundo, pero son las conversaciones donde brilla nuestra voz.

Hay magia en el mundo y se encuentra en cada uno de nuestros intentos por compartir con alguien, en tratar de entenderlo. Son pocos los casos donde se logró conectar, pero todo está en ese pequeño intento de hacerlo y ¿quién sabe? tal vez la siguiente persona con la que hables sea una con las que se viva la magia.

Autora

Ania Carranza

¡Hola! Soy Ania Carranza. Estoy en mi último año de secundaria. Amo todo lo relacionado con el arte. Desde siempre me ha gustado leer, escribir, pintar y la música. Soy de esas personas que quieren y están dispuestas a intentarlo todo. Pienso que el mejor regalo es una sonrisa y que con pasión y dedicación se logra todo.

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