El Sol está a casi 150 millones de kilómetros de la Tierra. Pongamos esto en perspectiva: si de alguna manera lográramos construir un puente que uniera estos dos cuerpos y recorriéramos 100 kilómetros diarios (es decir, 36,500 kilómetros anuales) por nuestra vida entera, habríamos recorrido un 2.43% del camino para cuando cumpliéramos 100 años. Y aún así, todos hemos sufrido quemaduras solares en algún punto de nuestras vidas. Esto significa que los rayos ultravioleta, que forman parte de la energía emitida por nuestro sol, deben recorrer millones de kilómetros para causarnos esa agonía con la que todos estamos familiarizados. Esto me hizo preguntarme, ¿qué tan calientes pueden llegar a ser las cosas en el universo?

Últimamente he estado obsesionado con el concepto del cero absoluto. En pocas palabras, el cero absoluto es el límite más bajo de la escala de temperatura termodinámica. Es decir, es la temperatura más baja posible. Se estima que se encuentra a aproximadamente -273,15ºC, o, para evitar tener que lidiar con temperaturas negativas, 0°K. Es lógico pensar que, si existe un frío absoluto, también tiene que existir un calor absoluto, ¿verdad? Bueno, es complicado.

Antes que nada, tenemos que conocer qué exactamente es el calor. El calor es generado por vibraciones de los átomos y moléculas que conforman todo lo que vemos. Es decir que mientras más rápido vibran los átomos de un objeto, más caliente está. Es por esto que sabemos que existe un cero absoluto en primer lugar: si el calor es un conjunto de vibraciones, un objeto con átomos y moléculas completamente estáticas es lo más frío que puede estar. Pero, si hablamos de la temperatura más alta, la respuesta se vuelve un poco más compleja.

Diversos científicos han intentado encontrar este límite, entre ellos Max Planck, quien nombró la temperatura 1.416785 x 1032 Kelvin como la temperatura más alta posible. Este número escrito de forma estándar es:

141,678,500,000,000,000,000,000,000,000,000 Kelvin

Impresionante, ¿no? Planck pudo encontrar esta cifra ya que, por encima de esta, la gravedad producida por las energías de las partículas sería tan fuerte como otras fuerzas fundamentales, lo cual no sería consistente con muchas teorías actuales. Esta explicación es la más aceptada, pero para muchos, es insatisfactoria. Es por ello que a lo largo de los años han surgido muchas otras teorías que buscan encontrar el valor de la temperatura más alta hasta su último decimal.

En conclusión, no se sabe con completa certeza qué tan alta puede llegar a ser la temperatura. Un poco decepcionante, lo sé, pero todavía hay un sinfín de cosas que no sabemos, y la comunidad científica sigue trabajando arduamente para encontrar esta y muchas otras respuestas. Por ello, hay que ser optimistas y mantenernos curiosos.

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Autor

Sebastián Bermúdez

¡Hola! Me llamo Sebastián Bermúdez. Nací el 29 de noviembre de 2006 en Guatemala. Desde que tengo memoria, me han apasionado distintas ramas de la ciencia, en especial la química y la astronomía. Además, me encantan los trabajos de investigación, ya que son una excelente oportunidad para adquirir conocimiento sobre diversos temas. Esta es la principal razón por la cual decidí unirme al e-capirucho. Entre mis pasatiempos favoritos están la lectura, el dibujo, tocar piano y pasar tiempo con mi familia y amigos.

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