Estas últimas semanas todas nuestras miradas estaban fijadas en los diferentes atletas que luchaban con mucho esfuerzo por una medalla. Sentimos el cansancio de Luis Carlos Martínez dando las últimas brazadas para llegar al final de la piscina y sentimos el orgullo que tenía al colocar su nombre y el nombre de Guatemala en alto. Sentíamos el corazón latir más rápido cuando Sky Brown hacía sus trucos en su patineta y volaba por la rampa. Sin importar el lugar en que quedaron, todas estas personas nos inspiran, nos dieron coraje y, sobre todo, nos enseñaron que con esfuerzo y disciplina todo es posible. Sin embargo, me gustaría hablarles de una lección diferente que aprendimos en estas olimpiadas gracias a la atleta Simone Biles.

Simone Biles decidió retirarse de la competencia porque sabía que su salud mental no estaba en la mejor condición. Simone nos habla de cómo nosotros somos primero; nuestras necesidades primero. Porque si yo estoy bien los que están a mi alrededor también lo estarán.

Biles fue una de las más de 160 víctimas del Doctor Larry Nassar, que fue condenado a cumplir 120 años en prisión por abuso a menores. Biles no solo fue arrancada de su tranquilidad, sino también de su niñez y su inocencia. Aun después de todos esos traumas, Simone Biles bate récords y se colocó como la mejor gimnasta del mundo por muchos años, pero incluso los campeones tienen días malos.

Cuando pensamos en salud creemos que es física. La mental es un poco más difícil de reconocer; ya que no se ve. Esta solo siente y tiene repercusiones en nuestras relaciones, en las notas del colegio, en nuestro ánimo y en todo lo demás.

Así como Biles les dijo «no más» a las olimpiadas, tú también puedes hacerlo. No tienes que estar en los juegos olímpicos para sentirte abrumado, cansado o en los extremos con ataques de ansiedad o indicios de depresión. A causa de las circunstancias que estamos viviendo, junto con la falta de socialización y las redes sociales, esto es más común de lo crees; sobre todo, en adolescentes.

Puede ser que pases mucho tiempo atrás de la computadora por el colegio, tareas, etc. o que te sientas solo. Por la razón que sea, puedes decir que no. No te estoy diciendo que no hagas tus tareas o que no metas a clases, pero, aunque esto es importante, tú eres más importante. Últimamente he escuchado el nombre Mental Health Day y te invito a probarlo. Todos son diferentes y no estoy diciendo que con este todos tus problemas se van a resolver, pero tener un día de relajación puede que te «rejuvenezca» y te limpie el alma para estar listo a seguir con tus obligaciones al día siguiente.

Un Mental Health Day se mira diferente para todos, pero te voy a contar un poco del mío. Ese día lo tomo para divertirme. Paso tiempo con mis mascotas. Saco a pasear a mis perros, cepillo a mi gato o baño a mi caballo. Todo esto me llena de alegría y terminó con más energía y entusiasmo. Luego, me gusta ver una película. Si logro, mi mamá la ve conmigo y comemos poporopos y dulces y hablamos de la película y de lo que pensamos de ella. También me gusta ordenar mi cuarto; por alguna razón, lo encuentro terapéutico. Salir a correr me limpia mis pensamientos y me hace sudar, aunque me cueste salir al principio, una vez termino, me siento mejor.

Sea lo que sea que te haga feliz, entrégale un poco de tu tiempo a eso que te llena el corazón. Puede que un descanso sea justo lo que necesites y no tiene nada de malo tomarlo y decir «ya no más». Puede ser que también necesites ayuda en algún otro sentido y no decirlo no es solución, por lo que te invito a contarle a alguien de confianza eso que te abruma y tomarte el Mental Health Day que todos necesitamos de vez en cuando.

Autora

Kamila Basterrechea

¡Hola! Soy Kami y estoy en cuarto bachillerato. Soy la más pequeña de tres hermanos y la orgullosa tía de dos sobrinitos. Me gusta mucho estar con mis amigos, ver películas, leer, escuchar música y hacer actividades afuera, pero lo que más me gusta son los animales. El caballo es mi animal favorito en el mundo y practico equitación desde hace cinco años.

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