Llevamos bastante tiempo sin poder ir y compartir con nuestros amigos, compañeros y profesores en el colegio. Estos momentos nos han obligado a cambiar nuestra forma de ver el mundo y hemos tenido que aprender cómo usar las nuevas plataformas para las clases; crecer como personas para desarrollar la autonomía e independencia; explorar nuevos hobbies y actividades… entre otros.

Tenemos claro que ha sido un reto adaptarse a la cuarentena, pero ¿como han pasado los últimos meses nuestros maestros? Para ellos también ha sido difícil planear nuestras clases, presentar actividades didácticas y divertidas, buscar la forma de siempre estar accesibles para los alumnos en caso de dudas, manejar el estrés del encierro y encontrar cómo pasar el tiempo.

Queremos que sepan que ellos también cuentan con todo nuestro apoyo y cariño, por lo que el e-capirucho ha decidido expandir las entrevistas a docentes y otros miembros de la comunidad Montessori.

Se entrevistó a la apasionada profesora de Física, Silvia Solano, para conocer más sobre su experiencia en cuarentena.

¿Cuáles han sido los mayores retos que has enfrentado en la nueva forma de impartir las clases?

Poco tiempo para trabajar diariamente. No poder estar al pendiente de que los jóvenes realmente se encuentren al otro lado de mi pantalla, prestando atención y trabajando.

¿Qué es lo que más extrañas de la vida normal?

Lo que más extraño es el contacto humano. Ver a las caras a los chicos y ver en ellos su aprendizaje o si necesitan ayuda. A mis compañeros de trabajo, compartir un momento de recreo con ellos. 

¿Has tenido más tiempo para compartir con tu familia?

Eso sí ha sido algo positivo. Tener tiempo para compartir con mis hijos y mi esposo. Hemos comido juntos y compartido experiencias familiares. 

¿Has desarrollado nuevos intereses o hobbies en estos meses de cuarentena?

Me gusta la música. Así que le he dado casi un poco más de tiempo a cantar en mis momentos libres. He realizado un pequeño seminario para profesores y realicé mi emprendimiento de negocio con una amiga. 

¿Cómo te sientes con respecto de esta situación?

Respecto a esta situación, he sentido de todo. Alegría por estar con mi familia. Miedo a que nos podamos enfermar. Satisfacción al ver los trabajos tan dedicados que entregan mis estudiantes. Ansiedad de estar mucho tiempo en casa. Pero, sobre todo, esperanza de que esto es una gran lección que la vida nos está dando y una oportunidad para cambiar nuestra forma de pensar. 

¿Tienes algún mensaje para el resto del colegio?

A toda la familia Montessori quiero decirle que, a pesar de la distancia, seguimos comunicados y estamos, todos juntos, realizando un gran trabajo a la distancia. Nos veremos pronto. Dios bendiga sus vidas y fortalezca su espíritu.

Como dice Silvia, esta experiencia ha sido una montaña rusa de emociones. Hemos pasado por estrés, angustia, felicidad, tranquilidad, tristeza, soledad, enojo… entre otros. Todavía nos estamos aclimatando a las clases en línea, pero las maestras están haciendo todo lo posible para reducir las malas experiencias. Por ejemplo, Silvia se mantiene atenta a las dudas, preguntas y comentarios de sus alumnos, buscando siempre enseñar de la mejor forma posible.

Realmente debemos estar agradecidos por los docentes que se involucran y preocupan por los estudiantes. Todos estamos haciendo lo mejor que podemos en esta peculiar situación y saldremos juntos con más energía positiva y motivación.