Salir de tu zona de confort…. puede sonar algo riesgoso, claro.
Para entenderlo bien, te explico qué es. Tu zona de confort es ese lugar, esa rutina, ese entorno en donde no tiendes a sentir riesgo, una sensación neutral, utilizando una serie de comportamientos para un nivel constante de rendimiento, es decir todo lo que solemos hacer que básicamente no nos da miedo, no parece tener nada de malo.
Ahora te digo por qué salir de tu zona de confort. Al mantenerte en ella, no te arriesgas y, por lo tanto, no ganas nada. Gracias a estos efectos, pierdes tus esfuerzos para crear o ganar algo, no sientes necesidad de tener algo, te encuentras en un estado neutro de tu vida, en donde la palabra «emoción» jamás será pronunciada; en otras palabras, es tu burbuja, tu manera de estar literalmente encerrado. Si nunca sales de ella, jamás vencerás tus miedos. Para poder hacer este acto, deberás tomar decisiones a lo largo del tiempo, para así abandonar esta jaula que te impide vivir. No estés ahí para siempre.
Una frase que alguna vez oí («El miedo es un obstáculo para tus metas») es el perfecto ejemplo para llegar a este tema. La vida pasará con o sin ti, es así como lo oyes, un reto; esta seguirá y seguirá. Cada vez que pestañees, un segundo habrá pasado, por esto mismo te motivo a que hagas algo al respecto, porque ahorita puede que no te des cuenta, pero cada paso que das, cada segundo que cuentas, cada abrir y cerrar de ojos, pasa, y el tiempo no se detiene, haciendo que cada vez siga y siga, y sin darte cuenta pasan minutos, horas, días, incluso años. Así que te motivo para que dejes de estar sentado admirando nada, porque debes de salir de tu zona de confort y, así como lo oyes, aprender a vivir, hacer algo que te apasione, o bien algo que le tengas un profundo miedo. Salir de tu zona de confort hace que te conozcas mejor a ti mismo, ya que te enfrentas a situaciones que relativamente no son cotidianas para ti.
Te doy el ejemplo que me toco a mí. Yo viví en Costa Rica por aproximadamente siete años, un día mis papás me dijeron que me mudaría a Guatemala por diferentes motivos, así que así fue. La verdad, no tenía ninguna opción, me tocó tomar decisiones, ya que la vida aquí era diferente, incluso estaba en una etapa de mi vida en la cual necesitaba estar cómoda con mi rutina; sin embargo, tuve que hacer ciertos cambios en ella, me adapté a cómo la vida era aquí y comencé a trabajar en ello. No mentiré que ciertos aspectos costaron más que otros, pero jamás fue imposible, y ahora a la fecha logré estar contenta con el resultado de salir de mi zona de confort. Desde entonces, siempre que tengo la oportunidad, hago algo nuevo, porque jamás sabré cuando todo esto se acabe, y sea mi último pestañeo, y seguir sin vencer o experimentar aquello que jamás hice, o incluso guardando ese rencor que jamás entenderé.
Por esto mismo, ánimo a quien sea que lea esto, para que experimentes, y vivas tu vida a tu estilo y con tus riesgos, adaptándote a los diferentes cambios que trae la vida. Para cerrar este escrito, te dejo recomendación: vive tu vida enfrentando esos riesgos, porque jamás sabrás cuando la aguja del reloj se detenga para ti.
Autora
Mariana Montalván
¡Hola! Soy Mariana Montalván, estudiante de segundo básico. Siempre me llamaron la atención las actividades en las cuales yo podía ser creativa y expresarme a mi manera. Empecé a escribir hace poco. Es mi manera de decir cómo me siento. Siempre escuchaba recomendaciones para manejar situaciones como el estrés y el enojo; sin embargo, fue hasta hace poco que alguien cercano me recomendó escribir.
En mi columna encontrarás una forma y opinión de ver la vida a través de mis ojos, con la cual probablemente te identifiques.
¡Te invito a leerla!