Una anarquía se define como la ausencia total de estructura gubernamental en un Estado; esto se traduce como la falta de todo gobierno, ley o regulación. Básicamente poder vivir sin nadie que esté diciendo qué hacer ni cómo actuar. En este sistema, no vemos jerarquías ni poder. ¿Suena como algo increíble, verdad? Todo sería mucho más fácil, todos estaríamos en la misma posición y no seríamos juzgados. Y puede que, hasta cierto punto, esto tenga sentido…

Sin embargo, una sociedad sin ninguna regla que seguir o romper simplemente no funcionaria, menos a este punto en cuanto al desarrollo del mundo. Una vez me dijeron que los humanos somos solucionadores de problemas, así que si no tenemos problemas que resolver o ni siquiera sabemos que es un problema, crearíamos problemas tan grandes que nos llevaría a un caos tremendo.

Las reglas, lógicamente, fueron creadas por alguna razón. Si lo pensamos de esta manera, en algún punto de nuestra historia vivimos en una anarquía. Al principio de la historia del mundo, los seres humanos no tenían un libro de reglas que seguir ni penas a pagar por los «delitos» que cometían. El primer texto legal de la humanidad fue escrito sobre una gran estela de basalto negro de más de dos metros de alto. Este es conocido como el Código de Hammurabi, que fue tallado alrededor del año 1700 antes de Cristo; este contiene 282 leyes que dictaban cómo funcionaba la antigua Mesopotamia.  Las leyes son necesarias en cierto punto, establecen deberes y derechos a todos de manera equivalente. Esto, en primer lugar, sirve para que la convivencia social y respetuosa sea posible; y, en segundo lugar, por lógica, las leyes fueron creadas como consecuencia de actos de vandalismo o incorrectos, para ser controlados y regulados.

Si nadie supiera que está bien o mal y cada quien hiciera lo que quisiera, el mundo se llenaría de desorden y de crímenes; los humanos, que al final contamos con instinto animal, no tenemos la suficiente moral ni capacidad de autocontrol para regular nuestras acciones y emociones sin ningún tipo de autoridad pública ni normativa. Un ejemplo es la Anarquía inglesa, que se convirtió en la guerra civil en Inglaterra y Normandía entre el año 1135 y 1153, y dio paso a un desplome, llevando a la generalización de la ley y el orden. Este intento de anarquía, en vez de llevar a Inglaterra a un estado pacifico, la llevó a la violencia.

Si, aunque vivimos en un mundo que funciona bajo constituciones enteras creadas gracias a argumentos casi siempre válidos y aprobaciones que pasan por minuciosos procesos, aún hay un sin fin de personas que cometen crímenes graves, ¿que podríamos esperar de una civilización que no tuviera nada que cumplir? ¿Será que seguiríamos siendo civilizados? Yo creería lo contrario, no tenemos el análisis ni los valores para aquello. Incluso la persona más correcta del mundo, no sabría qué es ser una buena o mala persona, y no puedo olvidar comentar que la verdad está en los ojos del espectador, no habría una verdad absoluta nunca. Por lo tanto, opino que el mundo, por lo menos al día de hoy, no podría funcionar bajo una anarquía. ¿Pero cuál sería tu estructura política? ¿De qué manera podrías hacer que el mundo funcione de mejor manera? ¿Cuál sería tu verdad absoluta?

La imagen de la portada fue diseñada con AI a través de Imagine.

Autora

Sophia Solis

Sociable, organizada, creativa y determinada… Esos fueron los principales adjetivos con los que mis amigos me describieron. Mucho gusto, mi nombre es Sophia Solis. En este espacio vas a encontrar de todo, literalmente de todo, pero visto desde mi perspectiva. Hablaré de temas sensibles y superficiales, desde política y salud mental hasta moda y diversión, pero siempre dándole un twist crítico, honesto y con una partecita de mi. ¡Te invito a leer desde mi perspectiva!
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