Llevaba tiempo sin poder escribir, pues últimamente parecía que no estaba siendo capaz de encontrar una «obsesión» que esté teniendo en el momento. Hasta que caí en cuenta de que sí hay algo rondando por mi cabeza, carcomiendo muchos de mis pensamientos. La nostalgia. Según la Real Academia Española, la nostalgia proviene del latín moderno «nostalgia» y este del griego «nóstos», regreso, y «-algía», dolor. Su definición es: tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida.

Nostalgia. Siempre me ha gustado esa palabra, suena tan melodramática y compleja, al mismo tiempo es capaz de capturar el sentimiento de añoro que siento muy seguido ahora. En este año, me he dado cuenta de que paso grandes cantidades de tiempo involuntariamente pensando en el pasado. Pensando en un poco de todo. También soñando con un poco de todo. En el último mes, he soñado dos veces con mi vieja casa, en la que viví hasta mis 15 años. En mi primer sueño, estábamos en plena pandemia 2020, fue un sueño muy simple en el cual solo entraba a clases por Zoom (a quedarme dormida) y despertaba a hacerme recetas virales de TikTok que luego comía en mi saltarín. El segundo sueño fue un poco más específico, mi cumpleaños número 11, cuando invité a mis amigas a mi casa y quebramos cascarones, ya que mi cumpleaños cae cerca de Carnaval.

Cuando desperté de esos sueños al principio me sentía llena y contenta, hasta que veía a mi alrededor y mi cuarto nuevo (ya no tan nuevo, en realidad) y recordaba cruelmente que ya no tengo 15 ni 11. Ahí la palabra: nostalgia. Despertaba nostálgica. No por algo en específico, sino por un poco de todo. Es raro estar feliz en el momento presente, pero aun así extrañar cosas que ya no volverán. Tal vez así sea crecer. Aceptar que ciertas cosas se deben de dejar atrás y nada nunca dura para siempre e igual seguir soñando con ellas. Hay cosas que siento que nunca dejaré de extrañar. Momentos que siempre querré revivir, aunque sea solo una vez más. Personas a las que siempre las pensaré, a pesar de no hablarles hoy.

Tal vez yo soy muy melodramática también. Aunque sí me gusta la palabra nostalgia, pienso que es un sentimiento que debemos de dejarnos sentir. Se puede extrañar algo y al mismo tiempo aceptar que ya pasó su momento.

A veces siento que también me gusta sobrepensar demasiado, como si al hacerse pasar por un sentimiento con aviso previo hará que en el momento se sienta menos. Me he dado cuenta de que he estado haciendo mucho eso este año. Puedo estar simplemente en clase riendo con amigos y pensar «ya no los veré el año que viene», no comprendo cuál es mi necedad de hacerme sufrir antes de tiempo. Es como si quisiera estar nostálgica antes de lo que se necesita. Es en esos momentos cuando recuerdo que, por mucho que se debe de sentir la nostalgia, no podemos dejar que esta nos ciegue del presente. No se puede avanzar si se tiene un pie en el pasado.

Me gusta la palabra nostalgia. Tal vez un poco demasiado.

La imagen de la portada fue tomada de rialta.org.

Autora:

Elizabeth Magaña

¡Hola! Mi nombre es Elizabeth y soy una estudiante de Tercero Básico. Me ha interesado la literatura desde los ocho años cuando leí Harry Potter. Me gusta la música, escribir y leer. Considero la literatura una manera de expresar lo que sentimos y cómo vemos al mundo. Este es un espacio donde hablaré del último tema que logró captar mi atención, desde música, libros, películas o experiencias. Y diré la manera en que me han afectado.

Artículos de la autora