¿Quién eres tú? Que de pronto vienes a mi vida con tu suave brillo ¿Quién eres tú? Que con tu soplo has regresado la vida a estas enredaderas marchitas, a estos ojos tristes ¿Por qué vienes? ¿Qué he hecho yo para merecerte? Para merecer esa infinidad, ese estremecimiento de tus pasos acercándose. Mi corazón se ha despertado, un corazón herido, aplastado por el polvo, el silencio, la soledad, que dejó el ayer. En tu embriagante presencia no existe ese ayer, sus garras son aniquiladas con el reconfortante eco de tu voz.

¿Podré acaso dejar entrar el sol en mi ventana? Mi cuerpo sediento de amor tiembla ante el roce con tu piel, ¿merezco acaso tus labios?

Súbitamente los días se disuelven, el tiempo se convierte en una sustancia inmaterial ¿Podré ser yo capaz de amarte? ¿Será capaz un corazón seco y amargo? Un rayo de sol se cuela por mi ventana y un aroma primaveral inunda mi enmohecida habitación. Apenas puedo moverme. Llega a mí esa diminuta lucecilla, salpica mi pálido rostro. Brevemente soy libre de esta sujeción, huyo de los espectros que aruñan las paredes de mi habitación.

—¡Déjenme ir!— les grito —¡No los necesito!

Él ha sembrado cierta ilusión en mí que poco a poco florece y pronto será más fuerte que estas cadenas. Ahora sé que su alma podrá guardar cobijo de mi miseria, ¡Pero deben dejarme ir para sostener su palma fornida que espera pacientemente mi regreso! Lo amo y no quiero perderlo por sus maniobras impías que me separan de su luz, de mi oportunidad de retornar a sus brazos y hacer desaparecer ese azul de mi mirada.

Anhelo memorizar cada una de las líneas de su cuerpo, anhelo encontrar un refugio en su pecho, lejos de las sombras. Un refugio, un hogar.

Guíame hacia tu luz, rompe las paredes de esta habitación con tus caricias hasta que no queden estragos de mi dolor. Entonces el sol la alumbrará, entonces me habré hundido en la inmensidad de tu piel y te habré regalado todo mi ser. Mi alma se habrá entremezclado con la tuya y te habré acompañado para siempre. Dime, amor mío, ¿dónde has estado toda mi vida?

Imagen tomada de: https://www.flickr.com/photos/rociomontoya/12270669846/in/photostream

Autora

Sabrina Cabrera

Mi nombre es Sabrina Cabrera. Desde pequeña he vivido ensimismada en los textos de algún libro, absorta en el estudio de sus distintas peculiaridades. Para mí, estos han sido como una especie vestíbulo anómalo donde puedo escuchar la voz entrecortada de personajes, donde el paisaje obtiene cualidades mágicas y cada sensación resulta insólita, donde mis recuerdos se entrelazan de manera bizarra con múltiples historias, panoramas, personajes… Deseo entregarles las llaves de este vestíbulo que en ocasiones parece oculto y monótono, pero que ─una vez descubierto─ resulta repleto de fragmentos ilustres y eternos.

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