El perdón suena como una palabra sencilla, una palabra que al decirla nos libera de sentimientos negativos o de culpa. Realmente significa estar dispuesto a aceptar responsabilidad de nuestras propias acciones.

El perdón ocupa una parte demasiado importante en el amor propio ya que nos ayuda a liberar esas cargas emocionales que llevamos dentro y nos permite cultivar una relación saludable con nosotros mismos.

El perdón implica liberar las emociones negativas que están conectadas con una ofensa o daño del pasado. Al perdonar, no estamos perdonando necesariamente a la otra persona, ni estamos minimizando la gravedad del acto. En cambio, estamos tomando el control de nuestras propias emociones y liberándonos del peso que hemos estado cargando porque tenemos que aprender que no podemos controlar todo lo que las personas a nuestro alrededor hacen. Al aferrarse al enojo o al resentimiento afectamos negativamente a nuestra autoestima, pero el acto de perdonar a alguien nos permite deshacernos de esa ira y resentimiento y aliviar todo nuestro estrés emocional.

Recientemente yo estuve alejada de una persona a la que quiero mucho. Esa persona me causó daño emocional y después de meses no me había pedido perdón. Al principio yo vivía con mucho enojo, con ganas de gritarle, pero luego me di cuenta de que me estaba quitando mi paz, me estaba bajando mi autoestima y peor aún empecé a dudar de mi misma. Luego de esto, decidí perdonar a esa persona emocionalmente, decidí ponerme a mi primero y ser honesta con mi persona. Meses después de estar en paz, esa persona me pidió perdón y me di cuenta de que realmente estaba en paz con el tema porque yo había decidido poner de prioridad mi amor propio y mi salud mental.

Debemos de saber que también existe el perdón emocional, este es el perdón que hacemos nosotros como personas a las personas que nos lastiman sin que ellas sepan. Si la persona que causa el daño no pide perdón, debemos aprender a vivir sabiendo que nosotros hicimos lo correcto y sin importar las circunstancias debemos ser honestos con nosotros mismos y perdonar a esa persona de corazón, porque realmente lo único que buscamos es vivir en paz.

El perdón es fundamental en la búsqueda del amor propio y del bienestar emocional. Al liberarnos de las emociones negativas, empoderarnos, mejorar nuestras relaciones, crecer personalmente y practicar la autocompasión, fortalecemos nuestra autoestima y construimos una base sólida para una vida plena.

El perdón no es solo un regalo que les damos a los demás; es un regalo que nos damos también a nosotros mismos.

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