Mi nombre es Margarita Alvarado Luna y yo me considero como una persona alegre, simpática, cariñosa y respetuosa. Soy una persona a la que le encanta hablar sobre el bienestar emocional y el bienestar con nosotros mismos, pero eso no fue siempre así, y me costó llegar a ser quien soy.

Cuando yo era chiquita no me importaba nada, ni cómo me miraba, ni cómo se me veía la ropa, yo era libre y era una niña feliz, pero al llegar la adolescencia en 2020 me comencé a fijar mucho más en esas cosas que antes no me eran importantes y empecé a ir al gimnasio más, me empecé a enfocar más en lo que comía y la cantidad. Llegué a ser una persona diferente y en ese momento me alejé mucho de mis amigos y amigas poniendo de excusa que estábamos en cuarentena, pero yo sabía que estaba haciendo lo incorrecto.

En 2021, yo creía que de verdad nadie se estaba dando cuenta de nada, yo trataba de fingir que todo estaba bien, cuando realmente estaba batallando con mi cabeza todo el día. Llegó un día en el que tocamos un tema parecido así con mi hermana y decidí abrirme y ella solo me dijo «yo sé, me di cuenta» y fue ahí cuando me di cuenta de que realmente no estoy sola y que la gente sí se fija en mí y se preocupa por mí. Aun así decidí mantenerlo un poco privado pensando que era algo malo y algo que me debería de dar vergüenza, cuando realmente es algo que puede llegar a ayudar a mucha gente a crecer y mejorar.

Pasé por muchos grupos de amigos, me daba pena decir lo que pensaba por miedo al rechazo o miedo a estar equivocada, no preguntaba cosas en clase por el miedo. Después de pensarlo mucho y abrirme con gente que me suma energía, me di cuenta de que soy yo contra el mundo y, más importante aún, soy yo contra mi propia cabeza, y esa es una guerra que solo yo puedo pelear. Me empecé a defender y a hablar y transmitir mis sentimientos y me di cuenta de que realmente nadie decía nada y no se fijaban en los errores porque todos somos humanos, no robots que todo lo sabemos, y en esta vida estamos aprendiendo todos los días algo nuevo y nunca dejamos de aprender.

Hoy en día tengo un grupo de amigas sano y vivo rodeada de gente que me suma en la vida y no de gente que me resta. Aprendí que si no me cuido a mí misma nadie más lo hará porque nadie me conocerá más como persona como yo me conozco a mí misma.

Me di cuenta de que no importa la talla de la ropa porque un número no me define, me di cuenta de que no importa la opinión de los demás porque es mi vida y no la de ellos, me di cuenta de que un pedazo de pizza más no hará la diferencia física inmediatamente y me di cuenta de que el amor propio es el amor más importante que yo pude llegar a tener.

Yo quiero ser reconocida por quien soy y por las cosas que amo, no por mi físico. Mi físico solo es una portada a un libro lleno de golpes, golpes que se han vuelto cicatrices curadas, cicatrices amadas porque cada cosa que me lastimó y que aun así logré salir adelante marca realmente la persona que soy.

Esta soy yo: una niña con mucho que aprender aún, pero llena de agradecimiento y de amor propio.

Autora:

Margarita Alvarado

¡Hola! Yo soy Margarita, pero mis amigos y amigas me dicen Marge o Margie. Estoy en mi último año de colegio aprovechando cada momento que queda. Yo soy una persona que ha aprendido a amarse tal y como es y me gustaría que todos ustedes sean parte también, ya que es lo mejor que yo pude haber logrado. Espero que puedan encontrar paz y seguridad leyendo mis textos y que los pueda ayudar a sobrepasar cualquier problema que tengan y llegar a ser personas seguras de sí mismas. Espero que disfruten este espacio y que sepan que el amor más importante es el amor propio. ¡Gracias!

Artículos de la autora