La bipolaridad es un trastorno mental también conocido como depresión maníaca. Este trastorno provoca que se tengan cambios extremos en el estado de ánimo de una persona, quien por un momento puede tener ánimo emocional alto y al otro un ánimo emocional bajo. Esto quiere decir que una persona puede pasar de estar muy triste y desinteresado por las cosas de la vida, a muy energético, eufórico y feliz. Dependiendo de la gravedad del trastorno, los cambios de ánimo pueden suceder con mucha frecuencia o algunas veces al año.

Puede ser que la bipolaridad no cuente con una cura todavía, pero las personas pueden aprender a manejar mejor sus emociones de manera que eviten que ocurran tantos altibajos, para así intentar llevar una vida relativamente normal. En la mayoría de casos, este trastorno es tratado por medio de medicamentos como antiepilépticos, antipsicóticos e inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, además del apoyo de un psiquiatra. Después de todo, como cualquier persona, lo que frecuentemente los pacientes quieren es una forma de sentirse en control de su cuerpo y emociones. Después de todo, no decidieron que les gustaría contar con bipolaridad.

Existen distintos tipos de bipolaridad, con diferentes tipos de síntomas. Estos síntomas pueden consistir en manía, hipomanía y depresión. Los tipos de bipolaridad son:

  • Trastorno bipolar I: cuenta con por lo menos un episodio maníaco que puede estar precedido de un episodio hipomaníaco o depresión grave.
  • Trastorno bipolar II: la persona ha sufrido de por lo menos un episodio depresivo y un episodio hipomaníaco.
  • Trastorno ciclotímico: frecuentemente encontrado en niños y adolescentes donde hay varios episodios de hipomanía y depresión.
  • Otros tipos: estos se tratan generalmente de la provocación del trastorno por culpa de ciertos traumas o drogas.

La diferencia que existe entre la manía y la hipomanía no es muy grande, ya que cuentan con básicamente los mismos síntomas. Una de las más grandes diferencias es que la manía es más grave que la hipomanía y causa más efectos en las actividades diarias de la persona que cuenta con el trastorno. Los síntomas más comunes en ambos son los siguientes:

  • Episodios de optimismo exagerado
  • Mucha energía
  • Sensación de bienestar y alegría muy alta
  • Menos necesidad para dormir
  • Muchas ideas extrañas
  • Distracciones
  • Toma de malas decisiones, como gastar dinero de forma impulsiva

La depresión mayor es lo opuesto a la manía o hipomanía, de manera que la persona usualmente se sentirá extremadamente triste por un tiempo prolongado. Según Mayo Clinic, los síntomas más comunes son:

  • Estado anímico depresivo, como sentirse triste, vacío, desesperanzado o tener ganas de llorar (en niños y adolescentes, el estado anímico depresivo puede manifestarse como irritabilidad)
  • Marcada pérdida del interés o de la capacidad para sentir placer en todas —o en casi todas— las actividades
  • Adelgazamiento importante sin hacer dieta, aumento de peso o disminución o aumento del apetito (en niños, la imposibilidad para aumentar de peso según lo esperado puede ser un signo de depresión)
  • Insomnio o dormir demasiado
  • Agitación o comportamiento más lento
  • Fatiga o pérdida de la energía
  • Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva o inadecuada
  • Disminución de la capacidad para pensar o para concentrarse o indecisión
  • Pensar en el suicidio, planificarlo o intentarlo

Espera mañana un cuento que escribí sobre este trastorno.

Foto de Darya Sannikova en Pexels

Autora

María José Quezada

¡Hola! Mi nombre es Majo Quezada y disfruto leer y escribir. Para mí, leer es cuando puedo liberarme, imaginar y expresar lo que siento. A menudo imagino que estoy en la época medieval. Es por eso que mucho de lo que escribo es sobre personajes fantásticos como héroes y princesas; sin embargo, también me gusta estar al tanto de lo que pasa en el mundo actual. Me gusta pensar que soy una persona un poco anticuada, pero moderna a la vez. Disfruto de casi todos los géneros de música, bailar, salir a fiestas y cosas normales que hacen los adolescentes. Imaginar para mí es un medio para organizar mis pensamientos y seguir adelante con la vida. Como Walt Disney dijo: «Cuando creas en una cosa, cree en ella todo el tiempo, de manera implícita e incuestionable».

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