¿Cómo la flexibilidad cognitiva y la flexibilidad física nos ayudan a mantener un balance en nuestra vida?

«La persona sabia es flexible, como un bambú contra el viento». Esta frase se menciona en el antiguo libro oracular chino «I Ching», cuyos primeros textos fueron escritos alrededor del año 1200 a.C. Esto nos dice que desde hace muchos años se considera importante la flexibilidad mental para el desarrollo humano. Sin embargo, en este artículo se presentará la importancia de ambas, la flexibilidad mental y la física. Las dos tienen un gran impacto en nuestra salud y en nuestro bienestar como humanos.

Flexibilidad cognitiva

¿En qué consiste la flexibilidad cognitiva? Consiste en poder cambiar de opinión en algún tema para lograr adaptarnos y lograr metas en un entorno diferente y nuevo. Saber a qué cosas decir «sí» y a cuáles decir «no» puede ser complicado algunas veces. Tenemos que saber diferenciar entre las oportunidades y la improcedencia. Las oportunidades conllevan riesgos, pero la improcedencia en sí es un riesgo y no vale la pena tomarlo. En ciertas oportunidades, se incluyen cambios y para esto necesitamos ser flexibles. Como seres humanos, desde hace mucho tiempo hemos tenido la necesidad de adaptarnos a diferentes ambientes, lugares, personas y a cambios en nuestra cotidianidad. Pero conforme hemos ido evolucionando, esto se fue perdiendo un poco porque nos adaptamos al sedentarismo, entonces nos cuesta cada vez más tomar decisiones. Por ejemplo, los nómadas tomaban decisiones de supervivencia importantes día a día, mientras que los sedentarios, al establecerse en ambientes conocidos, podían crear ciertas rutinas permanentes.

Se puede llegar a ser flexible, para lo cual necesitamos aprender a aprender. Tenemos que mantener una mentalidad y actitud abierta a nuevas estrategias de aprendizaje, a algunos riesgos y a las oportunidades. La base para esto es saber escuchar a los demás, pues no podemos estar de acuerdo o en desacuerdo con alguien o algo si ni siquiera lo hemos comprendido. Tenemos que ser analíticos y, a la vez, mantener un pensamiento abierto a nuevas ideas. Debemos saber cómo evitar los bloqueos mentales, creer en las posibilidades y crear las oportunidades. No me refiero a perder el cuidado, ya que hay extremos en ambos lados, por lo tanto, tampoco debemos ser impulsivos. Las ventajas que nos daría aumentar nuestra flexibilidad cognitiva son: resolver fácilmente problemas inesperados y actuar de manera rápida, adaptarnos mejor a los cambios, podríamos modificar nuestras rutinas conforme sean más beneficiosas para nosotros, nos volveríamos mas creativos y también nos ayudaría a tomar decisiones más seguras.

Flexibilidad corporal

Es necesario para nuestros músculos y articulaciones permanecer en movimiento y con la capacidad de estirarse. El mismo factor que afecta a la flexibilidad mental, afecta a la corporal, el sedentarismo. Si no nos mantenemos activos, cada vez nos costará más retomar un ritmo sano. La proteína que permite la flexibilidad en nuestro cuerpo se llama colágeno. Este forma parte de varios tejidos que nos dan elasticidad y resistencia a la presión, se encuentra en la piel, articulaciones, huesos, ligamentos, tendones y cartílagos. Con la edad esta proteína se va perdiendo, en especial si nos mantenemos sedentarios. Algunos se preguntarán ¿para qué nos sirve ser flexibles? La flexibilidad y la actividad eliminan la rigidez del cuerpo, lo que dificulta y ralentiza la fluidez de la sangre, también se pueden desarrollar problemas en los nervios, ya que estos se debilitan. La apariencia y salud de nuestra piel también depende de esto, porque el cuerpo está diseñado para estar en movilidad y realizar movimientos ágiles. Lo que podemos hacer para mantener la flexibilidad física es estirar todos los días antes y después de hacer ejercicio, o después de despertarnos y antes de dormir. Estirar es un buen liberador de estrés también, les da un respiro al cuerpo, a los músculos y a la piel. Las ventajas de la flexibilidad corporal son: un menor riesgo de enfermedades circulatorias, nerviosas y dermatológicas, crecemos más (altura), nuestros huesos tienen más movilidad y capacidad y obtenemos una mejor oxigenación.

Entonces ¿cómo la flexibilidad cognitiva y la flexibilidad corporal nos ayudan a mantener un balance en nuestra vida? Ambos términos de flexibilidad nos ayudan a mantener un balance de salud corporal y mental. Estamos hechos para ser flexibles de ambas formas; al poner en práctica estos hábitos, podemos mejorar nuestro ritmo de vida cotidiano, nos haría sentir mejor. Debemos mantenernos abiertos al aprendizaje, esto nos puede ayudar a conocer nuevas experiencias y en la mayoría de casos a ser más felices y seguros de nuestras decisiones. Otra recomendación es estirar nuestro cuerpo para liberarlo de la tensión de los problemas y retos diarios. ¡Cuidemos nuestro cuerpo y nuestra mente y ofrezcámosle la oportunidad de intentar cosas nuevas!

Autora

Elena Monterroso

Me llamo Elena Monterroso. Siempre me ha gustado escribir, pues considero que es la forma más fácil de comunicarme y compartir mis pensamientos e ideas. Con mis textos busco entretener y, sobre todo, informar a los lectores, ya que creo que una de las cualidades más importantes en una persona es el conocimiento. Pienso que es importante seguir aprendiendo, seguir buscando y despertar curiosidad hacia temas que aún no conocemos.

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