Como bien se nos ha dicho en algún punto de nuestra vida, la mejor manera de solucionar problemas es por medio del diálogo, y el debate es el mejor ejemplo de ello. En este artículo, comento un tema un tanto diferente a los que suelo tocar comúnmente en mi columna, pero quisiera aprovechar para hablar un poco del tema y compartirles cuál fue mi experiencia, para así no solo informar a los que me leen, sino también motivarlos a participar.
El debate es un intercambio de ideas que se da de manera verbal entre dos o más personas, donde cada una defiende su postura mediante argumentos. Es importante aclarar que un debate no es solamente una pelea de palabras para ver quién gana y tiene la razón, en un debate no se busca solamente quién está en lo correcto, sino que también se buscan soluciones a problemáticas, comúnmente de índole social o político. De hecho, muchas de las acciones tomadas por gobiernos pasan por un debate, por ejemplo: en el congreso con la aprobación de leyes o en la ONU.
Saber debatir es una herramienta de gran utilidad que debe ser usada prudente y correctamente, sin tergiversar su verdadero propósito, que es acercarnos lo más posible a la verdad para la resolución de problemas.
Ahora, mi experiencia…
En el colegio, este año se nos ofreció entrar al Club de Debates el cual llevaba un tiempo de ya no hacerse, por diferentes motivos. Algunos compañeros y yo disfrutamos de dar y defender siempre nuestros puntos de vista en clase, así que lo vimos como una gran oportunidad para ampliar nuestros conocimientos en lo que nos apasiona. Y efectivamente, el Club de Debates fue de gran utilidad para ampliar nuestros conocimientos y mejorar nuestra habilidad de debate de forma entretenida, interactiva y efectiva.
Un tiempo más tarde, se nos presentó la oportunidad de participar en un torneo entre colegios que organiza anualmente la Universidad Francisco Marroquín. Con mis compañeros, accedimos a participar, lo que nos llevó a hacer nuestro equipo, que sería conformado por Juan Carlos Umaña, Jan Ricica y yo. Sería nuestra primera vez en un debate competitivo, defendiendo ideas y propuestas contra desconocidos, con formatos y modalidades casi desconocidas también. Para nuestro agrado, a pesar de no tener la experiencia que tenían la mayoría de debatientes en el torneo, logramos clasificar hasta semifinales, un resultado en mi opinión bastante bueno tomando en cuenta lo anterior.
Sin duda alguna, tanto la preparación como la participación fue todo un reto. Fueron horas de horas preparándonos con el equipo e individualmente, investigando, escribiendo y pensando. Llegado el día del torneo, fueron horas debatiendo los temas y soluciones a los problemas que se nos asignaron, horas que, a pesar de ser cansadas y agotadoras, en mi opinión fueron también bien invertidas y muy entretenidas. Sin duda alguna, el debate ha sido de las mejores experiencias que he tenido y recomiendo mucho que los que estén leyendo esto participen y se involucren, no se van a arrepentir.
Por último, me gustaría terminar dando un muy grande agradecimiento al colegio, al departamento de Sociales, que nos apoyó durante todo el proceso, dándonos todas las herramientas necesarias a su alcance para facilitarnos tanto la preparación como la participación en el torneo representando al colegio.

Autor

Sebastián Alvarez

Estudiante de Quinto Bachillerato, apasionado por la política y la economía. Disfruto mucho de leer, tocar piano y pasar tiempo con mi familia y amigos.

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