El tema del que hablaré hoy es algo que va más allá de lo que acostumbro escribir ya que, al contrario de una guía de acciones por realizar para cumplir un objetivo, hablaré sobre un problema.

La problemática en la que voy a profundizar es el desafío de la inclusión social a quienes luchan con una enfermedad mental. La razón por la que he decidido tocar un tema que es más fuerte a los que usualmente comparto es que es un desafío compartir una opinión sobre un tema como este. Es de mucha importancia dar a conocer a las personas que ignoran el tema.

El apoyo social se convierte día a día en un concepto más popular y una herramienta de investigación muy útil para estudiar factores psicosociales en relación con la salud mental. La evolución en los acontecimientos relacionados con las sociedades y las personas que padecen de enfermedades mentales ha reflejado una mejora, no solamente en las asistencias disponibles para tratar a los pacientes, sino también en la inclusión social. La actitud de la sociedad desde hace muchos años hacia las personas con enfermedades mentales solía ser despectiva, pero se ha luchado contra este estigma social, aunque eso no quiere decir que hayan prevalecido la aceptación y comprensión.

Alrededor del 50% de las personas con enfermedades mentales dicen ser víctimas de insultos y hostilidad en general. Esto me lleva a abordar el tema de la inclusión en las comunidades para aquellas personas que sufren de trastornos mentales. La salud es un estado de bienestar físico, mental y social. Un importante detalle de esta definición es que cualquier persona necesita de una interacción social.

Según una investigación realizada por el Modelo Latinoamericano de Naciones Unidas, los hospitales psiquiátricos contribuyeron durante mucho tiempo al empobrecimiento racial de las personas atendidas, en tanto generaban distanciamiento de los lugares de origen y aislaba a las personas internadas de espacios cotidianos de la socialización, lo que producía efectos iatrogénicos*. A partir de esto, los movimientos de reforma en salud mental han velado por el mejoramiento de vínculos de las personas con trastornos mentales, tomando en cuenta estos vínculos como un proceso de recuperación ampliación y fortalecimiento. A pesar de que una enfermedad mental se caracteriza por los trastornos del pensamiento que suelen afectar de las funciones de la relación social, no quiere decir que la sociedad continúe con el estigma público que reproduce prejuicios que, frecuentemente, no permiten que las personas con enfermedades mentales tengan un trabajo o a una vivienda, aunque estas personas necesiten de una atención especial. Se deberían de apoyar estrategias de intervención contra estos estigmas de manera que se creen mejores intervenciones dentro de las comunidades.

En conclusión, la inclusión de personas con enfermedades mentales no solo favorece a estos pacientes, sino a su vez enriquecería a los demás integrantes de la comunidad al practicar la convivencia como parte fundamental de la vida en la sociedad.

*Yatrogenia o iatrogenia: «Alteración, especialmente negativa, del estado del paciente producida por el médico».