A finales de 1940, una psicóloga infantil llamada Doris Allen desarrolló la idea de un movimiento mundial que fomentara la inclusión y comprensión multicultural. Ella tenía la teoría de que juntar niños de diferentes etnias y convertirlos en amigos tendría como efecto que se convirtieran en embajadores de la inclusión cada uno en su mundo. Y con esto ella tuvo una idea, crear un campamento de verano en el que niños de diferentes países y, por lo tanto, etnias vivieran juntos un mes bajo las mismas circunstancias. Así es como, luego de mucho esfuerzo, búsqueda de voluntarios y solicitar permisos, Children International Summer Village (CISV) fue una realidad. El primer campamento se llevó a cabo en Cincinnati, Estados Unidos, en 1951, al cual acudieron jóvenes de Austria, Gran Bretaña, Dinamarca, Francia, Alemania, México, Noruega, Suecia y EE.UU.

Con el paso de los años, desde aquel primer Village, los voluntarios de CISV en los chapters de todo el mundo han organizado más de 6,000 programas internacionales para unos 230,000 participantes. Hoy en día ofrece experiencias a personas de todas las edades, comenzando con niños de once años, hasta adultos jóvenes. En la visión original de Doris Allen, CISV aspira a ser una organización única y pionera. En la actualidad CISV ofrece hasta siete programas internacionales diferentes; ha pasado de un Village a más de 200 programas al año que involucran a más de 8,000 participantes.

Alrededor del mundo, miles de niños han cambiado su forma de ver el mundo gracias al CISV. Yo personalmente soy un claro ejemplo de uno de estos jóvenes al cual este campamento le abrió los ojos. El mecanismo de CISV es muy simple… Por alrededor de un año tú vas a estos «minnie camps» en los cuales habrá personas observándote para analizar si eres capaz de vivir un mes lejos de tu familia y de lo que tú estás acostumbrado. Esto suena un poco aterrador, ya que parte de la mecánica de CISV es que no se te permite comunicarte con tu familia en ese mes completo, a menos que sea una situación extraordinaria. Es muy raro que CISV le negué la oportunidad a un joven de estar en este campamento, no suele pasar. Cuando ya pasó un año y eres aprobado para viajar, estas personas que te estuvieron observando deciden tres participantes más que viajarán contigo, esto con el propósito de que te sientas ameno con estas personas y hagas nuevos amigos. Generalmente los grupos son conformados por dos hombres y dos mujeres, aunque suele pasar que por escasez de género los grupos sean conformados de diferente forma. Luego de tener los miembros de tu grupo, escogen un país al que tú viajarás. Los países no tienen límite, puede ser un país tan cercano como Estados Unidos o algo tan lejano como India.

Un poco de mi historia… al principio, yo estaba muy asustada, no quería viajar con esta asociación, lo hacía por compromiso, ya que mi abuela viajó con ellos de joven y mi padre también. Con esta línea familiar, yo me sentía obligada a hacerlo. Fui a todos los campamentos de preparación y aun así no quería ir. Conocí a mis compañeros de viaje e instantáneamente fueron mis amigos, uno llegó a gustarme. Nos otorgaron nuestro país, nos tocó Honduras, ya que yo me sentía muy asustada para viajar más lejos. Realmente no hay mucha diferencia entre los campamentos entre país y país, ya que estás en un lugar el mes completo y casi no sales. El punto aquí es que el día en que yo tenía que viajar solamente mi madre pudo acompañarme, y durante toda la ida en carro hacia el aeropuerto yo intenté persuadirla de no obligarme a ir, pero ya todo estaba pagado, por lo que no nos quedaba mucha opción. Incluso en el aeropuerto yo estaba decidida a regresar a mi casa, yo no iba a subirme a ese avión.

Podemos inferir que yo viajé, y de hecho fue una de las mejores experiencias de mi vida. Vivir con personas de diferentes culturas y ser tratados de la misma manera exactamente es algo increíble.  CISV llegó a ser un programa que los gobiernos europeos consideran tan importante que se lo proveen a sus ciudadanos, por lo que tener gente de bajos recursos en mi campamento fue algo muy usual. Estas personas eran de mis mejores amigos.  Realmente vivir una experiencia en la que yo viví exactas las mismas situaciones que muchas otras personas viven creó un cambio impresionante en mí, yo regresé siendo una persona nueva.

Regresé entendiendo que, a pesar de lo diferentes que seamos, siempre tendremos los mismos sentimientos; a pesar de que no hablemos el mismo idioma, siempre reiremos y amaremos de la misma forma; a pesar de no tener vidas iguales, siempre tendremos algo en común.

Autora

Miranda Ovalle Asensio

Mi nombre es Miranda Ovalle Asensio. Nací el 11 de marzo del 2006 en la ciudad de Guatemala. Soy una persona muy apasionada por vivir la vida un día a la vez. ¡Si puedo ayudar a quien sea en el camino, lo haré sin dudas! Disfruto de viajar y conocer cosas nuevas. Pero la mejor manera de pasar mi tiempo es platicando por largos ratos y riéndome con las personas que más amo.

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