¡Vuela pájaro mío! Vuela lejos de mí, donde mis lágrimas no empapen tus alas. ¡Vuela! Hacia donde mi voz solo sea un susurro, un recuerdo, donde puedas resguardarte de la lluvia, en donde busques refugio lejos de mi sufriente corazón. Llévalo y entiérralo en un lugar remoto, olvídate de él y retoma tu vuelo. No lo entorpezcas con mi innecesario recuerdo. Deja mi cuerpo moribundo regresar a la tierra, déjalo hundirse en la propia soledad que lo corrompe y no mires atrás.

¡Vuela pájaro mío! Que yo le pertenezco a la muerte y tú a la vida. Despliega tus alas y no vuelvas más. No puedo amarte con un alma sucia y rota. No puedo acompañarte si carezco de alas, de ilusiones.

Libérate del peso muerto de mi cuerpo atado a tus pies que impide tu vuelo. Corta toda clase de ataduras que te unen a mí. Y parte para siempre de mi lado, a donde sea incapaz de herirte, de ser la causa de tus tormentos. Deja que mi imagen la corrompan tu vuelo, los días, ¡Vuela pájaro mío a los cielos templados a donde perteneces!

No merezco tu calor, no hay sitio para a mí en tus suaves brazos. Soy diminuta y voluble, no debe existir rincón para mí en tu corazón. No te afanes en quedarte, busca las estrellas que aumenten tu distancia, en donde podrás ser feliz. Ignora los quejidos de un alma moribunda, pues yo ya todo lo perdí.

Pero nunca te olvides de lo mucho que te amé. De cuánto deseé poder volar junto a ti, hacia otros cielos. De cuánto extrañaré escuchar tu dulce melodía en medio de la tormenta, mi consuelo. Todo yo te pertenezco, aunque solo queden las cenizas y los huesos, que añoran reencontrarse con el aroma que los guíe hacia ti. Perdóname por abandonarte en tu vuelo, por destruir el hogar donde nuestras almas podían tocarse y amarse en silencio. Pero solo así puedo salvarte.

¡Ve, no te demores más! Que todo comienza derrumbarse y la muerte viene a arrastrarme con ella. ¡Vuela pájaro mío, vuela lejos de mí! Que ya no puedo protegerte más del diluvio negro de mis entrañas.

Imagen tomada de: https://duygusuzhaller.tumblr.com/post/626151514027819008

Autora

Sabrina Cabrera

Mi nombre es Sabrina Cabrera. Desde pequeña he vivido ensimismada en los textos de algún libro, absorta en el estudio de sus distintas peculiaridades. Para mí, estos han sido como una especie vestíbulo anómalo donde puedo escuchar la voz entrecortada de personajes, donde el paisaje obtiene cualidades mágicas y cada sensación resulta insólita, donde mis recuerdos se entrelazan de manera bizarra con múltiples historias, panoramas, personajes… Deseo entregarles las llaves de este vestíbulo que en ocasiones parece oculto y monótono, pero que ─una vez descubierto─ resulta repleto de fragmentos ilustres y eternos.

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