En este nuevo espacio, María José nos irá contando historias que le han contado a ella. Así que estas historias que leerás no son sus anécdotas, ella solo les dará forma a las historias de los demás.

Comenzando la cuarentena, me sentía muy feliz. Pensaba que descansaríamos un tiempo después del final del primero periodo porque ya no tendríamos que levantarnos tan temprano, podría hacer todo desde casa y me podría relajar del último periodo que habíamos tenido. Todo estuvo muy bien al principio, me metía a las clases en línea, trabajaba, hacía los deberes, sin embargo, de repente, todo se repetía una y otra vez y se volvió demasiado tedioso, pero, no podía hacer nada, tenía que seguir haciéndolo por el bien de una buena nota. Después, la cuarentena se fue alargando días, semanas, meses y era un círculo sin fin. Aunque me cansé de tener lo mismo día tras día, pantalla tras pantalla, me acostumbré, pero los problemas no terminaron allí. La cuarentena puede que no haya traído lo mejor para todos. Se comenzaron a presentar problemas en mi familia, nada fuera de lo común porque claro, todos estábamos tensos, pero lentamente, nos fuimos separando y ya no era lo mismo como antes. Estaba en un punto bajo en mi vida, sentía que todo se iba desmoronando y ya no sabía qué hacer, entonces, por un tiempo, simplemente dejé de intentarlo. Sabía que puede que todo era efecto de no salir y socializar después de tanto tiempo, pero me preguntaba si en algún momento todo mágicamente se iba a resolver.

Un día, estaba viendo mi teléfono, buscando algo con qué entretenerme, qué ver, después de todo, perdí las ganas de hacer cualquier cosa, hasta que vi un video de una graduanda viendo cómo la aceptaban a la universidad de sus sueños. Me di cuenta de que estaba desperdiciando mi tiempo, estaba esperando a que algo o alguien mágicamente arreglara los problemas por los que estaba pasando, pero no es así, si quiero que las cosas se arreglen, tengo que hacerlo con mis propias manos. Comencé por volver a esforzarme en el colegio, recuperar las amistades que había puesto en pausa y reconciliarme con mis papás. Poco a poco sentí que mi vida estaba regresando a la normalidad, casi. Entendí que, si queremos algo, tenemos que trabajar duro por cumplirlo, porque no porque lo deseas, las cosas cambiarán de un día para el otro. Espero que algún día podamos regresar a la normalidad y la vida de muchas personas ya no estén en riesgo. Sí, puede que las cosas nunca sean como antes, pero confío en que podremos adaptarnos a una nueva realidad, tal y como yo me adapté.

Autora

María José Quezada

¡Hola! Mi nombre es Majo Quezada y disfruto leer y escribir. Para mí, leer es cuando puedo liberarme, imaginar y expresar lo que siento. A menudo imagino que estoy en la época medieval. Es por eso que mucho de lo que escribo es sobre personajes fantásticos como héroes y princesas; sin embargo, también me gusta estar al tanto de lo que pasa en el mundo actual. Me gusta pensar que soy una persona un poco anticuada, pero moderna a la vez. Disfruto de casi todos los géneros de música, bailar, salir a fiestas y cosas normales que hacen los adolescentes. Imaginar para mí es un medio para organizar mis pensamientos y seguir adelante con la vida. Como Walt Disney dijo: «Cuando creas en una cosa, cree en ella todo el tiempo, de manera implícita e incuestionable».

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