Estamos en plena semana de la moda, y no hay mejor manera de hacerle honor que recordando sus orígenes.

Todo comenzó cuando a finales del siglo XIX e inicios del XX diseñadores como Paul Poiret y Charles Worth pusieron a prueba la innovadora idea de presentar sus diseños con modelos en vivo, ya que anteriormente los diseños eran presentados en maniquíes. Poiret, conocido por sus diseños deslumbrantes, tomó la decisión de mezclar su negocio con la vida social, comenzando así a organizar diferentes galas para presentar sus prendas, una de las más conocidas fue la fiesta de 1911 «Las Mil y Dos Noches», donde Poiret presentó unos de sus diseños más emblemáticos: los vestidos lámpara y los pantalones harén.

Durante 1920 y 1930, en París ya se mencionaban nombres de diseñadores significativos como Coco Chanel, Elsa Schiaparelli y Madeline Vionnet. Los desfiles durante este tiempo se tornaron en presentaciones reducidas y personalizadas. Las casas de moda mostraban sus colecciones en este tipo de evento, los cuales eran únicamente accesibles para modelos o clientes frecuentes. Los diseños eran cuidadosamente guardados del público ajeno con el constante miedo de que las prendas fueran copiadas y esto, posteriormente, afectara la exclusividad de las casas. La forma en la que conseguían esta confidencialidad era prohibiendo rotundamente la entrada de fotógrafos a estas presentaciones.

Años después, gracias a la Segunda Guerra Mundial, los desfiles de moda en París fueron regulados. En 1945, la Chambre Syndicale de la Haute Couture acordó que todas las casas de costura debían presentar al menos 35 piezas en cada temporada sin importar si eran prendas para día o noche. Estas prendas solo podían ser conseguidas por encargo y a medida del cliente.

En los 40, París entró en pánico al darse cuenta de la fuerte influencia que la moda neoyorquina estaba teniendo gracias al apoyo brindado a distintos diseñadores estadounidenses tras la semana de la prensa, aunque Paris tenía un as bajo la manga: Christian Dior. En 1947, Dior lanzó su primera colección en la que fue permitido que variedad de periodistas ingresaran y tomaran fotografías. Además, con sus diseños impactantes puso final al movimiento artístico de la guerra. Estos diseños fueron llamados por muchas personas como New Look, ya que tenían siluetas innovadoras que acentuaban la feminidad, cosa que no era común hasta ese momento. Durante los siguientes años, Dior continuó innovando el mundo de la moda con sus diseños únicos y femeninos, al igual que impulsó a otros diseñadores a hacer lo mismo. Algunos ejemplos de esto fueron: Hubert de Givenchy, Pierre Balmain, Jaques Fath y cómo olvidar a Yves Saint Laurent en los años 60 con su línea Prêt-à-Porter, que cambió la mentalidad de la sociedad, pues se centró más en la cultura juvenil, lo que convirtió esta línea en el futuro del momento.

La primera Semana de la Moda de París tuvo lugar en 1973, durante el momento en el que se constituyó la Fédération Francaise, y su inauguración conllevó un desfile increíble llamado La Batalla de Versalles. Este desfile tenía un carácter sensorial, en el cual juntaron a los cinco mejores diseñadores de Francia y Nueva York. El propósito del desfile era recaudar fondos para la restauración del Palacio de Versalles. En el desfile se presentaron Yves Saint Laurent, Emanuel Ungaro, Christian Dior, Pierre Cardin y Hubert de Givenchy del bando francés; y Anne Klein, Halston, Oscar de la Renta, Bill Blass y Stephen Burrows en el bando estadounidense. Fuera del espectáculo que montaron los franceses realizando una caravana tirada por rinocerontes y carrozas de calabaza, claramente haciendo referencia a Cenicienta, la actuación de Estados Unidos se reconoce como ganadora.

A partir de estos momentos icónicos, las pasarelas siguieron siendo revolucionarias con diseñadores de todas partes del mundo como Yohji Yamamoto y la marca Comme Des Garcons, quienes trajeron sus diseños japoneses y les dieron una perspectiva nueva a los estilos, o el enorme despliegue de Thierry Mugler en el estadio Le Zenith ante 6,000 personas e incluso el desfile de Jean Paul Gaultier y sus escandalosos sujetadores cónicos. En los 90, París abrió sus puertas a los diseñadores ingleses como John Galliano, que pasó a ser uno de los directores más importantes de Dior, y Alexander McQueen en Givenchy.

Los desfiles actuales son deslumbrantes, un ejemplo de esto es que varios de estos eventos tienen pasarelas creativas, por ejemplo el supermercado de lujo de Chanel para el desfile de la colección otoño-invierno de 2014 o el desfile de la colección de primavera-verano de 2015, igualmente de Chanel. Varios de estos montajes vinieron de la maravillosa mente de Karl Lagerfeld. Y finalmente, cómo olvidar los diferentes momentos estrambóticos en la moda actual como Kylie Jenner en la pasarela de alta costura de Schiaparelli de la colección primavera-verano 2023 con una réplica de cabeza de león en su hombro o Hillary Taymour para Collina Strada para la colección de otoño-invierno 2023/24 y sus modelos con máscaras de animales.

Las modas no duran para siempre, se adaptan a su entorno y en especial a nosotros. Así que esperamos que cada año las semanas de la moda alrededor de todo el mundo nos sigan deslumbrando con diseños cada vez más interesantes.

La foto de la portada de este artículo fue tomada de media.vogue.es