¿Cuántas cosas puedes escuchar en este momento? Si lo piensas por un momento, dirás que dos o tres: los sonidos más obvios. Pero, mientras más lo pienses, más cosas escucharás. Te darás cuenta del sonido del viento o del ventilador de tu computadora o de una voz muy lejana o de tu propia respiración. Nunca estamos realmente en silencio. Hasta en los cuartos más silenciosos del mundo, llamadas cámaras anecoicas, con paredes diseñadas para minimizar el sonido lo más que se pueda, se dice que puedes escuchar la sangre corriendo por las arterias en tus propias orejas. Pero pocas personas llegan a este nivel de silencio. Hoy en día, vivimos en un mundo de ruido.
Desde hace más de un siglo, la cantidad de ruido en la vida cotidiana ha incrementado de una manera exagerada. Esto se ve cuando la radio inicialmente se popularizó en la década de 1920. Rápidamente, este dispositivo electrónico se convirtió en el medio de entretenimiento más común en el mundo. Para muchos, este fue un evento espectacular que cambió sus vidas positivamente para siempre. No obstante, otros se preocuparon. Uno de estos escépticos fue Aldous Huxley, quien en 1946 escribió un corto ensayo llamado «On Silence» («Sobre el silencio»).
Huxley menciona que el entretenimiento constante que la radio introdujo a la sociedad es algo vacío; no es nada más que ruido que penetra nuestros cerebros y nos hace desear más. Esta producción en masa de entretenimiento se mantiene en pie gracias a los anuncios, los cuales, según Huxley, tienen el único propósito de prevenir que la voluntad humana alcance el silencio, creando un ciclo interminable de «anhelo universal» que cada vez empeora.
Hoy en día, es impresionante ver cómo, en la década de 1940, Huxley logró predecir uno de los principales problemas del siglo XXI. En realidad, es hasta un poco triste que Huxley solo se preocupaba por la radio. ¿Qué pensaría él, me pregunto, de nuestras distracciones contemporáneas? Si la radio era una fuente incesante de ruido, ¿qué son los celulares? Las redes sociales están diseñadas para que exista la menor cantidad de silencio en la vida del usuario. No solo nos distraen con audio, como la radio, también con texto y videos, a veces hasta varios videos a la vez.
Las redes sociales han empeorado el anhelo universal que mencionaba Huxley, llevándonos a un nivel donde muchos no pueden pasar más de unos segundos en silencio sin distraerse con algo inútil como un corto video que no recordarán en tan solo unos días. Hemos llegado a un nivel peligrosamente similar al de la sociedad del libro de Huxley Brave New World, la cual está completamente saturada de distracciones y entretenimiento sin fin.
Huxley menciona que «la ausencia de deseos es la condición de la liberación y la iluminación», por lo cual este entretenimiento sin fin al que estamos tan acostumbrados evita que logremos la condición de verdadera liberación que menciona. Como individuos, creo que cada uno de nosotros debería esforzarse al máximo para acercarse todo lo posible a esta ausencia de deseos. Así, tal vez podríamos lograr vivir la vida al máximo en vez de vivirla dentro de nuestras pantallas, en el aparentemente ineludible ruido eterno.