Pablo Andrés Rosal, graduado en 2018, es otro actor que ha marcado el teatro en el colegio. Fue parte de la primera generación del Club de Teatro; también fue parte del proceso de su formación. La elegancia, pasión e interiorización impregnados en la representación de sus papeles son algo que lo caracterizaron a lo largo de su recorrido por el teatro. Tanto sus compañeros como sus guías de actuación podrán afirmar el empeño que permaneció en él y el entusiasmo con el que representaba cada papel.

Personalmente, he tenido la fortuna de verlo representar tres obras: Una noche de primavera sin sueño (2016), La importancia de llamarse Ernesto (2017) y La muerte del Señor Spring (2018). Es importante recalcar que no solamente fue un gran actor, sino que, igualmente, fue un fantástico escritor; lo que evidencia la amplia entrega a este arte: el teatro. Escribió, junto con Marisa Toriello, la obra del Club de Teatro La muerte del Señor Spring (2018), la cual fue representada en la Universidad Popular.

Platiqué con Pablo Rosal para conocer más sobre su recorrido y experiencia por las artes escénicas en el colegio.

¿Cómo fue tu comienzo de la actuación en el colegio?
Mi comienzo no fue el mejor de todos. En primero básico presentamos muy mal nuestra obra, pues algunos compañeros no sabían sus líneas y tuvimos momentos muy incómodos. Por dicha razón, en segundo básico decidí tomar un papel secundario para “salir del paso”. Sin embargo, en tercero básico cambiaron las cosas. Tomé un papel protagónico y disfruté mucho Teatro. A partir de ese momento, la actuación se convirtió en una parte integral de mi experiencia Montessori.

¿En qué momento supiste que la actuación era algo que adorabas hacer?
Supe que me apasionaba la actuación en el momento que presentamos la obra Una noche de primavera sin sueño en tercero básico. Disfruté muchísimo pelearme en escena con Marisa Arias, quien interpretaba a mi esposa. Poder gritar y recibir gritos, vivir la experiencia de un hombre peleándose con su pareja y luego intentar reparar nuestro matrimonio me permitió descubrir lo poderoso que es el teatro. 

De todos tus años de actuación, ¿qué momento ha destacado?
Considero que el momento más destacado de todos fue la presentación de La muerte del señor Spring en el festival de la Universidad Popular. Junto con Marisa Arias escribimos esa obra con muchísima ambición. Pude actuar en escenas impactantes junto con excelentes compañeros apasionados por la actuación. Estoy seguro de que el público notó el esfuerzo que le habíamos invertido a esa exposición. 

¿Qué obra te gustaría volver a presentar? ¿por qué?
Me gustaría volver a presentar La muerte del señor Spring. Es una obra con una historia muy compleja y quisiera poder experimentar nuevas formas de presentarla para hacerla más digerible sin sacrificar su esencia.

Para ti, ¿qué características son clave para un buen actor?
Creo que lo más importante que debe tener un autor es tener confianza en sí mismo. Todos somos humanos y podemos estar nerviosos antes de presentar. No obstante, si uno no cree en su propio potencial es muy difícil tener soltura al momento de actuar.

Personalmente, ¿qué aportó el teatro a tu vida?
El teatro aportó en mi vida mucho más que anécdotas y buenos momentos: me permitió desarrollar una mayor empatía a otras personas. Tener que interpretar un personaje que experimenta cosas muy distintas a las mías desafía al actor a tener que salirse de su burbuja. Además, me permitió tener mayor confianza en mí mismo y soltura al momento de hablar en público. Esto me ha sido útil especialmente en la universidad y en otros proyectos.

Sé que fuiste parte de la primera generación del Club de Teatro y de su proceso de formación, ¿cómo fue esa experiencia?
Fue todo un desafío. Al principio, probamos adaptar una obra larguísima llamada Madre Coraje, pero muchos de los miembros no estaban muy comprometidos. Al final, decidimos mantener en el club solo a las personas que realmente les apasionaba el teatro. Al tener un grupo más pequeño y dedicado, logramos montar la obra La importancia de llamarse Ernesto con muchísimo éxito.

¿Cómo fue la experiencia de escribir y actuar una obra que fue presentada en la Universidad Popular?
En primer lugar, fue una experiencia desafiante. Escribir una obra es un proceso largo y muy retador. Es necesario crear una historia digerible por el público, pero lo suficientemente interesante para mantener su atención. Con la ayuda de mis compañeros, la fuimos perfeccionando. Asimismo, presentarla en la Universidad Popular fue muy emocionante. Nunca olvidaré el momento que preparábamos nuestra escenografía con el reloj corriendo. Todos estábamos yendo de un lado para el otro en pánico. Finalmente, logramos presentarla con mucho éxito. Ver la obra seguir sin ningún problema y, al terminar, al público aplaudirnos con mucho entusiasmo me dio plena satisfacción. Ese sentimiento no tiene precio.

¿Qué nunca olvidarás del Teatro Montessori?
Una vez que estábamos ensayando La importancia de llamarse Ernesto, la persona que interpretaba a la chica que me gusta se ausentó. Mientras Archibaldo hablaba con la suegra de Ernesto, yo pretendía estar hablando con la chava. De la nada, Annie empezó a llorar de la risa. Todos dejamos de actuar y le preguntamos que qué sucedía. Ella nos dijo que yo parecía esquizofrénico hablando solo en la silla. ¡Todos nos empezamos a reír como locos! Anécdotas como esta son cosas que nunca olvidaré porque en Montessori logramos crear un ambiente único para el teatro.