La nostalgia es un sentimiento muy chistoso porque a veces está de nuestro lado y a veces nos quiere matar. Es esa presión en el pecho al encontrar tu perfume favorito de cuando eras pequeño que desata un sinfín de recuerdos. Pero a veces es escuchar los susurros del duelo al sentir los brazos de otros en nuestra piel. La nostalgia nos jala y nos tira a un momento, un instante, un recuerdo de fuego que se vuelve ceniza estemos preparados o no. Podemos huir, pero la venganza siempre gana.

Estoy más viva de lo que estaba ayer, pero nunca como lo estuve antes. Soy más humana, más real, pero ¿qué tiene de malo lo fantasioso? Para mí, la nostalgia es el mayor enemigo del crecimiento. Nos quedamos atascados en algo bonito sin dejar espacio para algo nuevo con posibilidad de ser bonito. La nostalgia nos quita todo y nos regresa a un punto en donde no teníamos nada aparte de un sentimiento de plenitud. Pero ¿es siempre plenitud? Muchas veces encontramos nostalgia en eso que queremos y extrañamos. Sentimos esa nostalgia por todo eso que quisimos y añoramos en nuestras vidas y sigue ese dolor de nunca haberlo alcanzado.

Podemos preguntarle a un joven lo que siempre quiso en la vida y nos contestará con una sonrisa y ojos tristes. Ojos que contienen mil deseos, mil duelos, mil recuerdos, ya sean buenos o malos. Como sociedad muchas veces nos dejamos consumir por la nostalgia. Duele mucho como para quedarse atrapado en algo inexistente, ¿o no? Estamos conectados con la persona que fuimos y con quienes seremos, nos demos cuenta o no.

Esa colonia, ese vestido, ese peinado, ese amor, esa persona, esa cajita de juguetes, esa película, ese postre, esa foto, esa decepción, esa pesadilla, esas palabras, esa cicatriz, esa carta, esa ausencia, ese «ya no lo tengo». ¿Podríamos evitarlo? Si cerráramos los ojos lo suficiente para ver formas y colores abstractos, ¿seguiríamos viéndolos convertirse en una memoria sólida? ¿Esa memoria nos molestaría? ¿Nos sabría feo? ¿Somos quienes fuimos o quienes vamos a ser?

La nostalgia es un sentimiento chistoso porque viene sin una advertencia sobre sus efectos secundarios. Esa presión en el pecho por extrañar lo que nunca pasó. Tener los labios de otra persona en la boca y no sentir el mismo sabor a milagro. La nostalgia nos agarra de la mano y nos pregunta de forma suave, ya que para ella seguimos siendo niños, ¿de verdad quieres ver eso?

La imagen de la portada fue diseñada con inteligencia artificial a través de Canva.

Autora:

Camila Cordón

Soy Camila Cordón. Vengo de escritores y lectores; de personas que conectan con las letras. Creo que todos escribimos eso que necesitamos que nos escuchen o que no podemos decir en voz alta. Conecto con la escritura porque es mi manera de ser la versión más genuina de mí. Espero que lo que escriba haga sentir algo a alguien, porque eso es todo lo que quiero.

Artículos de la autora