No recuerdo mucho de mi infancia. Los viajes familiares, las piñatas, los juegos en el recreo, todo eso se ha ido borrando. Sin embargo, hay cosas que nunca olvidaré, como la pesadilla en la que me perseguía un lobo a medio bosque o cuando me confundí de día de la foto en segundo primaria y me puse a llorar en el colegio. Son tantos recuerdos felices que son pocos los que sobresalen. Por otro lado, los malos recuerdos te dejan marcado por un largo tiempo, quizás hasta nuestro último día vivos. Eso es lo que le pasa a Eduardo Halfon en su cuento «Mañana nunca lo hablamos», donde narra un evento traumático que vivió de niño.

Halfon cuenta esta historia de cuando tenía tan solo diez años, pero se ve lo que lo impactó y lo mucho que recuerda. Rememora el primer cuerpo muerto que vio después de un combate cerca de su colegio; que estaba semidesnudo cuando su papá le dijo que irían a Miami; el helado de mandarina de Helados Gloria donde habían secuestrado a su abuelo; y la pesadilla del guerrillero que se llevaba a su mamá, la cual revive vívidamente hasta la actualidad. Esto demuestra lo mucho que nos puede marcar algo malo que vivimos y cómo nos deja traumas, aunque a veces no lo notemos. Como dijo Juan Donoso Cortés: «En lo pasado está la historia del futuro».

Con relación a que Eduardo Halfon era muy pequeño, sus papás probablemente creían que él no estaba consciente de lo que pasaba a su alrededor. Pero el pequeño no era tonto. Al principio de la historia, cuando estaba en el colegio, él dice: «Pero por supuesto que todo iba a estar bien. Todo siempre estaba bien», pero poco a poco se da cuenta de que no todo está bien y que es más serio de lo que pensó. De ahí surgen las pesadillas y la preocupación constante o ansiedad. No importa lo pequeños que seamos, podemos sentir cuando algo está mal y esa preocupación desde tan chicos tiene efectos en nuestro desarrollo y vida adulta.

Debido a que Halfon experimentó algo tan impactante que pasó en Guatemala desde cerca, su vida cambió para siempre. No solo vivió un evento terrible como un combate armado, sino que por eso tuvo que mudarse de su país y dejar a sus amigos y familiares. Se podría decir que Eduardo tuvo que aprender a soltar y cambiar completamente su vida desde una edad muy temprana. Cosas como estas nunca se olvidan y te forman a ser la persona que eres.

Para concluir, el cuento «Mañana nunca lo hablamos» es un texto muy interesante e impactante que nos permite abrir los ojos y ver qué cosas de nuestro pasado influyen en nuestro presente y seguirán afectando nuestro futuro. Halfon cuenta una historia interesante y detallada que nos hace pensar mucho y recordar nuestra infancia. Siento que leer este texto puede ayudar a conocernos mejor y entender por qué somos como somos. Recomiendo mucho este cuento a todos, ya que deja un buen mensaje y puede cambiar la vida.

Lee el cuento «Mañana nunca lo hablamos» de Eduardo Halfon:

Mañana nunca lo hablamos Eduardo Halfon
La imagen de la portada fue generada por IA a través de Canva.