¿Será fácil explicar el vacío del corazón roto?  «En una línea» de Carlos Paniagua es un cuento que en realidad recomiendo leer y, más que todo, entender porque va más allá de solo leer literalmente una línea, es más que solo salir del paso, es entender su contexto y hacer relaciones con lo que pasa en nuestra vida. Es importante también tomar en cuenta que este cuento tiene una historia dentro de otra, y puede haber más historias diferentes porque se puede visualizar con distintas perspectivas desde qué pasó antes y qué pasará después. Desde la estructura del cuento hasta lo que dice, todo tiene relación y todo se junta para que el lector vea y se sienta como el autor lo hace; es decir, se logre identificar con el cuento y su personaje. Por estos motivos y muchos más, es que escogí hablar de este cuento.

Durante nuestra vida, siempre hemos sido víctimas de alguna desilusión amorosa. Comenzamos a lastimarnos emocionalmente porque la decepción de un día a otro no es algo que queremos o vivimos constantemente en nuestro día a día. Pero luego de apagar esa esperanza de lo que pudo haber sido, se empieza a sobrepensar «¿Qué hice mal? ¿No fui suficiente?» y como consecuencia te empiezas a sentir vacío, sin propósito en la vida. Pierdes las ganas de vivir y de seguir luchando porque no hay por quién hacer las cosas y no lo habrá por mucho tiempo. Además, mientras los días pasan, aún te encuentras sin superarlo y cada vez te consumes tú mismo en un hoyo donde eventualmente ya no cae luz.

Relaciono este cuento con ese sentimiento de autodestrucción por algún remordimiento ante alguna acción ya hecha en el pasado. En el cuento, el autor habla de «matarla» y esto puede significar desde matarla físicamente hasta emocionalmente, es decir, romperle el corazón y dejarla sin nada de emoción genuina. Luego se siente mal por ello y él mismo se sacrifica porque desde que le quedó el cargo de conciencia del daño provocado su vida ya no es igual y se autodestruye en una línea de tren. Otra relación que también se puede observar, hablando de la escena del tren, es que precisamente el cuento es en una línea porque él se encuentra en el momento que se escribe el cuento en una línea de tren, listo para entregar su vida después de saber cómo vivirla desde lo que hizo.

Sabemos que el autor le hizo algo a su pareja, no sabemos exactamente qué, pero, por el tipo de lenguaje y palabras que usa, sabemos que fue algo grave que lo dejó, en consecuencia, eternamente arrepentido y vacío internamente. Puede que en la vida nosotros les hagamos daño a muchas personas y pronto detengamos todo lo que somos y todo lo que es de nuestra vida solo por el hecho de resolver algo cuando ya es muy tarde y, consecuentemente, también tarde para nosotros hacer algo prudente. Entonces, si prefieres no ser parte de la línea del tren, piensa dos veces qué haces con tu vida y cómo involucras a las personas en ella para evitar ser el villano de la historia de alguien más.

En conclusión, el cuento «En una línea» de Carlos Paniagua es corto, pero si verdaderamente nos ponemos a analizarlo de la manera que lo hicimos en esta columna de opinión entendemos por qué es así y por qué pasó lo que pasó y cómo nosotros mismos lo podemos aplicar en nuestra vida. Es simple, realista y sabio, sabe cómo hablar de algo que pasa tan seguido, pero que no es fácil de explicar. Se confía y se deja llevar por el egoísmo, pero luego se consume en el vacío y luego llega un final que nadie quiere en su vida.

«Me estás enseñando a amar. Yo no sabía. Amar no es pedir, es dar. Mi alma, vacía», Gerardo Diego.

Lee un texto de Mónica Albizúrez sobre el libro Informe de un suicidio (1993) de Carlos Paniagua, que incluye el cuento «En una línea»:

Informe de un suicidio. Guatemala
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