Es impresionante cómo se nos ha pasado el tiempo. Hoy, nos encontramos a solo días de finalizar una etapa inolvidable, el colegio. No veo tan lejos los recreos que gozamos jugando en el Jungle Gym, la emoción de usar por primera vez un locker con nuestro propio candado, las ganas de pasar a Sexto y ser los más grandes de Primaria, los nervios de ser parte de Secundaria y pensar mucho sobre nuestra forma de actuar por aferrarnos a lo que los más grandes podían pensar, nuestra primera lunada, la primera victoria de interaulas, tantas fiestas, risas y momentos compartidos como grado. Recordando todo esto, es difícil aceptar que una pandemia nos arrebató uno de nuestros mayores deseos, el famoso año de Quinto. Muchos podrán preguntarse por qué tuvimos que vivir esto en este momento, por qué no antes o por qué no después…
Es difícil aceptar que no podemos regresar el tiempo para vivirlo nuevamente, es triste recordar las actividades a las que tuvimos que renunciar y todos los momentos que no pudimos grabar juntos. Se nos han pasado los días en casa, delante de una pantalla, distantes de nuestros amigos y sin el privilegio de darnos un abrazo como tanto nos gustaba hacerlo. De un día para otro, tuvimos que adaptarnos a nuevas rutinas y estilos de vida sin poder parar a analizar la situación pero, a pesar de eso, hay cosas que nunca cambian y por eso permanecieron con nosotros. Por ejemplo, las fuertes amistades que han podido sobrevivir este período de distancia y que con un simple mensaje crecen cada vez más, las ganas de vivir la vida al máximo y aprovechar de cada detalle que se nos presente, más aun cuando hemos estado encerrados tanto tiempo. El apoyo de todos los maestros y la dedicación de sus clases con tal de que nosotros aprendamos una nueva lección cada día, los momentos de estrés por alguna u otra materia, proyecto, tarea, etc. El querer perseguir nuestros sueños y acercarnos cada vez más al camino para poder hacerlo, el apoyo de nuestra familia, especialmente el de las mamás. Ahorita en cuarentena, han preparado tantas cosas con tal de levantarnos el ánimo y hacernos pasar momentos especiales con los detalles a los que han invertido tanto tiempo y, sin duda, han mejorado la cuarentena de cada uno de nosotros. Estoy segura de que cada uno puede pensar en muchas cosas más que han permanecido con ustedes. En mi opinión, son todas esas cosas las que nos han ayudado a enfrentar esta situación de la mejor manera.
El momento de despedirnos se acerca cada vez más y lastimosamente no podrá ser como quisiéramos. Puede que no nos logremos dar un último abrazo grupal, no podamos despedir el colegio, no podamos tener ese momento en la plaza de Básicos, como muchos de nosotros deseábamos, pero estoy segura que cada detalle y recuerdo que todos nosotros tengamos y llevemos dentro va a valer el doble que cualquiera de los que nos faltaron vivir este año. Como ya mencioné, hay cosas que nunca cambian y a pesar de que próximamente todos tomemos caminos diferentes, dentro de todos nosotros siempre permanecerá la familia que fuimos por los últimos trece años. Tengo muy claro que todos nosotros recordaremos este año, probablemente no como el más alegre, pero sí como el que nos dio todas las herramientas para disfrutar hasta lo más mínimo en un futuro.
Atentamente,
Daniela García