Willow es un proyecto que tienen la intención de vender a Alaska para la extracción de petróleo. Es una propuesta de $6 billones por parte de ConocoPhillips (COP.N) que estaría localizada en la Reserva Nacional de Petróleo-Alaska, un área de 23 millones de acres en la vertiente norte del estado, que es la extensión más grande de tierra pública no perturbada en los Estados Unidos.

Si este se aprueba, se liberarán aproximadamente 287,000,000 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono al medio ambiente a lo largo del tiempo, afectando a miles de animales y espacios naturales y, no olvidemos, sumaría gravemente al cambio climático. Y aunque en el 2015, por ejemplo, el sector de construcción en Estados Unidos generó 565.8 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono (casi el doble), este proyecto es especialmente peligroso por la locación en la que se piensa llevar a cabo. Además, un derrame de petróleo sería extremadamente devastador.

Este no es un proyecto nuevo, se le propuso a la administración de Trump y fue aceptado, pero es de aclarar que el Juez Federal de Alaska revocó la aprobación diciendo que el análisis ambiental era defectuoso. Ahora regresó a la luz, ya que está siendo propuesto y considerado por la actual administración del presidente Joe Biden. El 1 de febrero del presente año, la Oficina de Administración de Tierras publicó la declaración final del proyecto ambiental comunicando que este es un proyecto avanzado, pero que debería reducirse.

A este proyecto, lo ha rodeado la controversia, ya que hay muchos que están a favor, explicando cómo generaría trabajo para una gran cantidad de alaskeños, crearía ingresos locales, estatales y federales e impulsaría la producción nacional de energía (que también significa una mayor producción de gasolina). Por otro lado, este proyecto, como ya mencioné, potencialmente afectaría gravemente al planeta de forma negativa en el hábitat de las especies locales. Y obviamente tiene un peso político bastante grave, ya que Biden propuso metas muy ambiciosas para reducir el cambio climático, pero aportaría a la economía y producción de gasolina, reduciendo sus precios. La Casa Blanca dará su respuesta a este proyecto en una fecha próxima, pero si fuera aprobado, sería en una versión más limitada de este y, aunque ConocoPhillips ha dicho que al instante de este ser aprobado empezarán sus construcciones, son muchos los lineamientos y las leyes que deberán ir siendo aprobadas para que se lleve a cabo, lo que tomará años.

El activismo en contra de este proyecto es fuerte, especialmente dentro de muchos lugares de Alaska; por ejemplo, Siqiniq Maupin, una persona iñupiaq nacida en la ciudad de Utqiagvik, North Slope, en Alaska, pero criada en Fairbanks, conoce a muchas personas cuyas vidas se vieron truncadas por el cáncer o el suicidio. En todo el estado, los nativos de Alaska enfrentan tasas de mortalidad por cáncer más altas de lo común. Los hombres jóvenes nativos de Alaska entre 15 y 24 años también enfrentan la tasa de suicidio más alta entre cualquier grupo en los EE. UU. Esta es la realidad que ha aportado al activismo de Maupin como director ejecutivo de Sovereign Iñupiat for a Living Arctic, una organización formada por pueblos Iñupiat dedicados a mantener sus comunidades y entornos saludables. La última amenaza para estas comunidades es el Proyecto Willow,  «Es emotivo», dijo Maupin, pues «para muchos de nosotros, el cambio climático nos produce ansiedad».

Así que para terminar, quiero dejarlos pensando. ¿Qué opinan de este proyecto? ¿Es beneficioso o al contrario?, ¿qué harían para apoyarlo o frenarlo? Somos el presente de nuestro mundo y es momento de generar opiniones bajo nuestro propio criterio basadas en los datos. Es hora de tomar acción.

La fotografía de la portada fue tomada de: americanprogress.org