Director: Wes Anderson
Género: Comedia/Fantasía
Duración: 1 hora 39 minutos
Edad sugerida: +15

Esta semana nos vamos a poner personales. Muy personales. Esta semana vamos a hablar de las dos experiencias del cine que me cambiaron; sí, dos, la segunda es tan larga que habrá que dividirlo en dos partes. Pero no nos adelantemos, hoy hablaremos de la película que me hizo ver que hay más en el cine, la que hizo que me enamorara del séptimo arte.

Hoy hablaremos de The Grand Budapest Hotel. Esta película es, para mis ojos, perfecta, y sin duda la mejor de Wes Anderson. Como todas las de Wes Anderson, esta película tiene una trama, en base, muy simple, pero conforme la historia de desarrolla veremos cómo se complica cada vez más. La película trata de la pelea entre M. Gustave, el manager del Grand Budapest Hotel, y la familia Desgoffe un Taxis por el preciado cuadro «Boy With Apple», que fue heredado a M. Gustave, pero sus familiares, especialmente su hijo, Dmitri, desean tenerlo. Mientras la película se desenvuelve, entenderemos que el cuadro esconde un secreto que cobrará muchas vidas. A pesar de la trama simple, es imposible alejar los ojos de la pantalla, pues el guion es uno de los mejores de 2014 y está lleno de comedia oscura, diálogos rápidos y ocurrencias típicas de Anderson. Los personajes están escritos de la manera más Andersoniana posible, lo que los hace a todos excéntricos y extravagantes. Además, las actuaciones de todos son magníficas. Ralph Finnes como M. Gustave es una de las mejores actuaciones de su carrera; Adrien Brody ─como Dmitri─ también es un villano perfecto; Willem Dafoe es genial como el guardaespaldas Jopling; y Jeff Goldblum es Jeff Goldblum, uno de los actores más carismáticos en la industria. Tilda Swinton, como Madame D., es una gema de la actuación sin sentimientos, y Saoirse Ronan no se queda atrás como Agatha. Además, la película nos introduce a Zero Mustafa, el Lobby Boy del hotel, que es llevado a la vida por F. Murray Abraham de viejo y, sobre todo, por Tony Revolori. Como siempre en las películas de Anderson, tenemos cameos de Bill Murray, Harvey Keitel, Jason Schwartzman, Owen Wilson y Edward Norton (quien no aparece tanto como para ser un personaje principal, pero es más que un cameo.)
Seguimos con la música, que en mi opinión es la mejor que ha compuesto Alexandre Desplat (y lo llevó a ganar un Oscar).

La música unifica la típica música de Desplat-Anderson con música folclórica de Europa del Este, utilizando mucha balalaika y ritmos rusos. No hay mejor forma de describir la película que con la canción Traditional Arrangement: «Moonshine» que suena en los créditos, es una canción surrealista, acelerada y colorida.

Hablando de colorida, esta película contiene la mejor utilización de la paleta de colores que he visto en mi vida; no solo la utiliza para definir épocas sino para definir personajes y, como buena película de Anderson, son colores brillantes y pastel que resaltan y se quedan en tu memoria por siempre. Al igual que todas, esta sigue la extraña composición de Anderson, en la cual todo está perfectamente estético, todo (por muy extraño que parezca) está cuidadosamente planeado, cada mancha, cada alfombra, cada mirada, cada personaje y cada movimiento parecen puestos ahí perfectamente por un ser superior (que, en este caso, es Wes Anderson). La película también goza de un uso de relación de aspecto de pantalla asombrosa, pues define cada época con las «barras negras» que aparecen en la pantalla: en 1980 es 1.85:1; 1960 es 2.40:1; y en 1930 es 1.37:1, esto nos ayuda a comprender en qué época se están llevando a cabo las acciones.

Como ven esta película, sí es verdaderamente especial para mí (¡me sé los aspect ratios de la película por el amor de Dios!) y justo por eso quiero ayudar a que más gente la vea, porque sin duda es una de las películas más fascinantes hechas en el siglo XXI. Un clásico instantáneo que siempre tendrá un lugar especial conmigo.

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Autor

Rodrigo Nuila

Soy un estudiante de Quinto Bachillerato, desde que tengo 12 años he estado fascinado por el cine, he dedicado gran parte de mi tiempo a escribir, hacer y ver cine desde entonces. Además, me interesa mucho la literatura de principio y mediados del siglo XX.

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