Director: Brad Bird
Género: Acción
Duración: 2 horas 12 minutos
Edad sugerida: +13

En esta cuarta película de Misión Imposible, se comprueba totalmente que, efectivamente, existe una forma de reinventar y revitalizar una franquicia que se creía muerta después de M:I III (2006), una película de la cual hablaremos en el futuro. Para esta entrega, Tom Cruise está en su mejor forma, física y actoral, y nos garantiza una de las mejores películas en la serie de Mission: Impossible. Además, esta película da un aire nuevo a las películas de acción de los años 2000, unas películas que fueron profundamente influenciadas por las películas de Bourne, una época en la que las películas de acción tenían que ser oscuras y realistas, los gadgets estaban limitados por la realidad y el estudio se esforzaba por que las películas no salieran de lo que es posible en el mundo real; en esta, se rompe todo lo mencionado, hay gadgets, máscaras hiperrealistas, pantallas que recrean el paisaje y hasta un poco de comedia, algo que faltaba en las películas que pusieron de moda este estilo, las películas de James Bond. Además, Brad Bird (The Incredibles) dirige esta entrega de forma en que, a pesar de que el villano es bastante débil, la trama es la más interesante vista en la saga de Mission: Impossible. Se toma la decisión de volver a una banda sonora más orquestal y el tema principal de la saga se utiliza en cantidades perfectas. Incluye, además, unas de las mejores acrobacias realizadas por Tom Cruise. Esta es una de las películas, junto a Skyfall (2012), que me empujaron a querer tanto a este género de acción/aventura, lo que me abrió mucho las puertas hacia el mundo del cine. Esta es una de las mejores películas de acción de lo que llevamos de este milenio y definitivamente se demuestra que Tom Cruise y esta saga todavía tienen mucho que entregar… y vaya que lo entregaron en las siguientes.

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