Esta es la segunda parte de mi reseña. Si no leíste la primera parte, puedes consultarla acá.

PRIMERA PARTE

Linguini lleva a Remy al río para deshacerse de él, pero en ese momento, aunque ambos provengan de mundos diferentes, se encuentran uno al otro. Juntos crean un tipo de lenguaje y empiezan a cocinar. El tiempo pasa y, con el apoyo de Colette como mentora, logran ser uno solo dentro de la cocina. Durante todo este tiempo, Skinner intenta deshacerse de Linguini, pero gracias a esto nuestros dos protagonistas descubren quién es el padre de Linguini, Gusteau, el anterior dueño del mejor restaurante de París. Linguini se convierte en el nuevo dueño del restaurante, con Colette y Remy a su lado, y decide despedir a Skinner por haber escondido esta información. En este momento, Remy y Linguini, llegan a la cumbre de su talento, y aquí es cuando se nos presenta el verdadero antagonista de la película.

Tener éxito realmente en cualquier cosa sin ser influenciado por la arrogancia es algo complicado, y dentro de nuestra historia el ego es lo que mueve al conflicto alrededor de nuestros protagonistas. Ratatouille, una vez más, representa de manera perfecta el ego por el cual sufre un artista, de dos formas diferentes. Podemos empezar a ver la primera de ellas en el momento en que Linguini se entera de su verdadero árbol familiar, de pronto empieza a pensar que no necesita a Remy y que ser chef está en su sangre. Está harto de ser tratado como un simple títere y prefiere escuchar a Colette, olvidando completamente quién lo llevó a donde está hoy. Por otro lado, Remy está cansado de que Linguini no reconozca su contribución al éxito de ambos. Linguini, por obvias razones, no puede aceptar públicamente que una rata lo controla, pero el ego de Remy n lo deja comprender esto, y lo enfurece aún más que Linguini le diga al mundo que su inspiración es Colette, ignorando que ella ayudó a ambos a llegar a donde están.

La segunda demostración del ego es el mismísimo Ego, un crítico que cree que sus opiniones y perspectivas son mandamientos, y el hecho de que el restaurante Gusteau’s sea popular otra vez, después de la crítica que le quitó una de sus cinco estrellas y literalmente mató a Gusteau, es imposible. Es así como Ego visita el restaurante una vez más, con la única intención de demostrarle al mundo que Gusteau´s no merece el aprecio que se le está dando. Linguini y Remy, a pesar de encontrarse contra el mayor obstáculo que han enfrentado, no están listos. Sus conflictos generados por el ego llegan a su momento crítico, separándolos por completo justo antes de la visita de Ego. Dentro de la cocina, la situación no mejora, Linguini es encontrado por un restaurante lleno, pidiendo a gritos sus famosas recetas, pero él no las conoce, ya que realmente no son suyas. En este momento, Remy regresa y, aunque Linguini intenta explicar la verdad, nadie en la cocina puede creer o aceptar la idea de que una rata pueda cocinar, ni siquiera Colette. Luego de esto, los integrantes de la cocina son únicamente Linguini, Remy y un crítico hambriento esperando. A pesar de esto, logran terminar un plato y se lo llevan a Ego, listos para aceptar su derrota, pero este no reacciona como lo esperado. Esta escena que, en mi opinión, es el clímax de la película termina con Ego soltando su bolígrafo, lo cual representaba su fuente de poder, privilegio y, especialmente, su ego. Ego deja de pensar como un crítico, pero más bien empieza a disfrutar el platillo como un amante más de la comida.

Linguini se acerca a la mesa de Ego para preguntarle qué le pareció el platillo. Ego, irónicamente, le agradece, pensando que Linguini era el chef. Linguini decide decirle la verdad, y aunque se pudo haber limitado a agradecer por el cumplido, ya está cansado de mentir y decide darle a Remy el reconocimiento que merece. Ego, luego de saber la verdad, se queda mudo, limitándose a agradecer nuevamente por la comida y retirarse. Luego de esto, se nos presenta la crítica de Ego como un discurso por él mismo. El crítico acepta el hecho de que el tiempo y esfuerzo invertidos en cualquier trabajo o platillo siempre valdrán más que la crítica del mismo. También explica que ahora verdaderamente entiende a lo que se refería Gusteau con su frase: «Realmente no todos pueden ser un gran chef, pero un gran chef puede venir de todos lados».

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Autor

Fabián Prado

Hola! Soy Fabián Prado. Desde que empezó la cuarentena mi entretenimiento, como el de muchos, ha sido ver y analizar películas y series. Toda mi vida me ha gustado dar mi opinión sobre ambas y tratar de entender su mensaje. Ver películas con amigos y familia es la mejor manera de unirse, y hay tanto que ver, que es imposible quedarse sin opciones.

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