«La gente piensa en la animación solo haciendo cosas donde la gente está bailando y haciendo mucho histriónico, pero la animación no es un género. Y la gente sigue diciendo: “El género de la animación”. ¡No es un género! ¡Un western es un género! La animación es una forma de arte y puede hacer cualquier género».
Brad Bird
Si no sabes quién es esta persona no te sientas mal, probablemente ya has visto una película de él sin saberlo. Brad Bird es el director de películas cómo Los Increíbles, El Gigante de Hierro o Ratatouille, de la cual hablaré hoy.
A simple vista, Ratatouille parece una película para niños de una rata que quiere cocinar, pero es mucho más que eso. Ratatouille, a diferencia de otras películas hechas por Pixar, no tiene una meta u objetivo real; por ejemplo, en Buscando a Nemo la meta está en el título en sí, buscar a Nemo, o en Coco, donde el objetivo de Miguel es regresar al mundo de los vivos. En cambio, en Ratatouille, vemos la vida de diferentes personas, específicamente la vida de un artista, simplemente viviendo. Al decir esto no quiero dar a entender que pienso que las otras películas de Pixar están mal por tener una meta, realmente es todo lo contrario. Pixar ha sobresalido por su variedad de películas y el mensaje único que deja cada una de ellas. Por esto, Ratatouille tal vez no te parezca la mejor película hecha por Pixar, pero en mi opinión es su mejor obra.
Si buscamos cuál es el propósito de Remy al principio de la película, podemos pensar que es cocinar, pero en los primeros veinte minutos de la película este objetivo ya fue completado, con la sopa. Luego se puede pensar que tal vez el motivo es cocinar consistentemente, pero después de cincuenta minutos, esta meta también es lograda, controlando a Linguini, y la película no acaba. La diferencia aquí es que, como en la vida, después del día más feliz de tu vida todavía hay más días, y más tiempo. En este tiempo debemos seguir caminando y desarrollándonos como personas. Ratatouille da a entender esto de manera perfecta, porque realmente no sabemos cuánto tiempo pasa entre cada acto, los personajes solo viven.
Cuando me pregunto quiénes son los protagonistas de la película, puedo pensar en tres, empezando por Remy, nuestro personaje principal. Él comienza viviendo una vida de soledad, teniendo un don para cocinar, pero estando en un lugar donde nadie lo entiende ni le da importancia. Esto se nos da a entender al principio de la película, cuando Remy encuentra un hongo y a los pocos segundos de olerlo se le ocurre una receta nueva, pero su hermano solo piensa en agregarlo a la pila de comida, sin entender la emoción de Remy. Esta emoción lo lleva a entrar a la cocina de la señora y revelar el escondite de toda su colonia, provocando que tengan que escapar todos, pero Remy se queda atrás, perdiendo a su familia, su libro y, en general, todo, este es en el momento más bajo de su personaje, atrapado en una alcantarilla, sin nada por lo cual seguir. Pero este es el momento más importante, no solo en la historia de Remy, sino de nuestra vida en sí. El momento en que volver a levantarse se ve imposible es cuando debemos de seguir avanzado para ser la mejor versión de nosotros. Remy sale de la alcantarilla y se percata de que estaba debajo de su destino todo este tiempo, París.
Luego de esto, se nos presenta a nuestro segundo protagonista, Linguini. La primera vez que conocemos a Linguini lo vemos confundido de lo que está pasando dentro de la cocina, sin saber qué hacer. Acá es cuando Remy, desde la ventana del techo del restaurante, está hablando sobre su conocimiento de una cocina gourmet, en especial de Gusteau’s, y la importancia de cada persona dentro de ella. Al ver a Linguini, él lo denomina como alguien sin importancia, pero es contradicho por su subconsciente, el cual le dice que todos tienen una importancia. A pesar de esto, Linguini solo prueba el punto de Remy al arruinar una sopa, lo que conlleva a nuestro personaje principal a caer en la cocina. En un intento de escapar, Remy para por un momento a oler la sopa y se deja llevar por su don e intenta arreglarla, pero es detenido por Linguini. Como consecuencia de esto, el chef de la cocina, Skinner, intenta despedir a Linguini por intentar cocinar, ya que no es más que un conserje ante sus ojos, pero Colette se pone en su camino. Al defender a Linguini, Colette menciona el lema del restaurante, lo que representaba Gusteau y la frase que mueve a la película; «Todos pueden cocinar». Con esta pequeña frase, el don de Remy es justificado, aunque no se le dé la validación directamente a él…
Lee mañana la segunda y última parte de mi reseña.
Autor
Fabián Prado
Hola! Soy Fabián Prado. Desde que empezó la cuarentena mi entretenimiento, como el de muchos, ha sido ver y analizar películas y series. Toda mi vida me ha gustado dar mi opinión sobre ambas y tratar de entender su mensaje. Ver películas con amigos y familia es la mejor manera de unirse, y hay tanto que ver, que es imposible quedarse sin opciones.