Sentirnos solos no solo es necesariamente una imperfección o como la gente dice un «defecto», en cierto punto hasta lo podemos considerar como una muestra de felicidad y es un tipo de virtud, pero ¿por qué? Muchos están acostumbrados a ver la soledad como un aspecto negativo, cuando realmente no tiene nada de malo querer un espacio para ti mismo que hasta te puede ayudar a encontrarte a ti. Descubrir nuevas formas de expresarte tú solo te va a ayudar a fortalecer diferentes aspectos de tu vida cotidiana. Entonces, ¿por qué nos da tanto miedo estar solos?

La soledad tiene una gran cantidad de beneficios aunque no lo creas. Algo muy satisfactorio que esto genera es poder reflexionar y pensar con calma, conocernos más para descubrir nuevas habilidades, esto también sirve para cambiar e implementar actitudes diferentes en nosotros mismos. Pero siempre con un límite, no hay que dejar que este sentimiento que nos provoca tanto alivio nos aisle constantemente, ya que puede dañar nuestra propia salud mental.

Estar solo duele, lo sabes tú y lo sé yo. La soledad suele ser uno de los miedos más fuertes de nosotros, los seres humanos. La soledad la sufre quien está solo y quiere compañía, pero no es lo mismo que la «solitud», un término que se usa para describir el anhelo de simplemente estar con uno mismo. A pesar del estigma social y el temor en torno a pasar tiempo a solas, es algo que nuestros cuerpos desean, podemos confundir fácilmente este tipo de emociones por lo mismo de no estar acostumbrados.

Es importante tener en cuenta que a pesar de todos los beneficios que puede representar la soledad para las personas, también hay que saber que puede ser contraproducente. Eso quiere decir que tiene un efecto contrario al que queremos en ciertos aspectos de nuestra vida. Las personas requerimos de la interacción con los demás para lograr cierta madurez en las diversas áreas de la vida. Los que se aíslan mucho del mundo social, por lo general, tienen una probabilidad de éxito muy limitada y tienen menor capacidad de encontrar el apoyo requerido.

Si somos capaces de entender que la soledad es una buena consejera, pero que no tenemos que abusar de ella de una forma repulsiva, entonces vamos a estar listos para aprovechar esta virtud de la mejor forma posible. Hay que entender que una soledad permanente sí puede ser el reflejo de que algo malo nos está sucediendo, se vuelve algo preocupante cuando no podemos convivir con la soledad y necesitamos estar rodeados de personas todo el tiempo. Sin embargo, cuando hayamos comprendido todo lo anterior, seremos capaces de sentirnos bien con nosotros mismos. La soledad no es siempre mala, hay que reconocer que algunas veces puede hasta ser una buena compañía, eso varía mucho de la perspectiva en la que queramos ver las cosas y de qué manera nos la tomemos. Nacemos solos, morimos solos.

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