¿Cuántas veces has querido hacer algo, pero el miedo que sientes te detiene? Cuando me propuse escribir en el capirucho, estaba emocionada, pero al mismo tiempo con un poco de miedo. Nunca había escrito nada aparte de los trabajos en el colegio, así que vino la primera entrega y no tenía nada, no escribí. Tenía mucha incertidumbre.. ¿será que sí lo voy a hacer bien? Pero hoy aquí estoy escribiendo, animándome a compartir un poco. ¿Y al final no es así todo en la vida? Lanzarnos y confiar. Atravesar ese miedo.
Aprender a montar una bici, la primera vez en una piscina, conocer amigos nuevos, ir a un lugar desconocido, alejarnos o acercarnos… todo tiene un común denominador: el miedo. Ese nudo en la panza o en la garganta que se asoma cuando vamos a probar algo nuevo o algo desconocido. Todos estamos familiarizados con el sentimiento, porque si no has sentido miedo simplemente no has vivido. Está escondido en cada decisión que hacemos, en cada nuevo hobby que decidimos practicar, en cada sí o no, realmente en casi todos los aspectos de nuestra vida.
Pero esto no tiene por qué asustarte, el miedo no tiene que ser algo malo… no solo se trata de los monstruos debajo de nuestra cama. Si sentimos miedo también puede significar que nos emociona tanto algo y que tenemos tantas ganas de hacerlo, que surge ese sentimiento. El miedo viene muchas veces acompañado de emoción. Tal vez el miedo existe no solo para protegernos, sino para motivarnos. Porque al final levantamos esa bici mil veces y nos volvimos a subir, las veces que necesitáramos, hasta que logramos manejarla solos, hasta cumplir esa meta que nos causaba ilusión. Tal vez el miedo nos guía hacia la dirección en la que debemos ir.
No podemos dejar que el concepto erróneo del miedo nos detenga en la vida, debemos seguir ese sentimiento. Tenemos tanto miedo a perder, a probar, a fallar que ya no hacemos nada. Nos detenemos a esperar a que ese miedo se vaya, pero mejor toma ese miedo y deja que te guíe hacia las cosas que tú sabes que quieres hacer, las cosas que te mueven. Lánzate al agua y si fallas, ¿qué importa? Habrás ganado mucho más: aprendizaje, coraje, autoconocimiento…. y si no fallas tal vez hayas ganado la mejor decisión o experiencia de tu vida.
El miedo puede decirte qué es lo que realmente mueres por hacer, experimentar o formar. Atrévete a vivir y acepta ese miedo, abrázalo porque tal vez te lleve a lugares que nunca antes soñaste posibles.
La imagen de la portada fue diseñada con IA a través de LuzIA.
Autora
Paulina Bonilla
¡Hola! Soy Paulina Bonilla, alumna de Quinto bachillerato. Me encanta compartir con mis amigos y familia y analizar el mundo a mi alrededor. Escribo para transmitir un poco a los demás mi perspectiva de ese mundo tan increíble y misterioso en el que vivimos.