Es una nublada mañana cuando Valeria se despierta en la comodidad de su cama al voltear a ver el reloj que se proyecta en la pantalla de su celular. Al ajustar la vista al brillo de la pantalla táctil, ve que son las 7:30. ─«Tengo hambre», piensa al terminar de estirarse para dejar atrás un poco de la pereza─. Se dirige a la puerta de su cuarto y, al abrirla, es saludada por las gradas que la guían hasta la cocina, donde se prepara algo de desayunar.

Luego de terminar su primera comida del día se dirige a su hamaca en el centro de su cuarto y encuentra su computadora preparada para recibir sus clases del día. Al terminar de recibir sus clases, decide aprovechar el tiempo que tiene antes de ir a almorzar para comenzar a adelantar las tareas de la semana.

Luego de almorzar, decide tomar un pequeño descanso para recargar energías antes de adentrarse a sus tareas de nuevo. Valeria ama leer y durante esta pequeña pausa de su día decide buscar el confort en un muy buen libro para descansar su mente mientras su cuerpo también descansa. ─«Llevo haciendo tareas por horas… ¿qué horas serán?», se pregunta─.

Al ver su reloj, se da cuenta que ya son las cuatro de la tarde y a esa hora le toca su clase de patronaje de moda. En esta clase, dibuja en papel los cortes necesarios antes de cortar la tela con todas las medidas adecuadas. Esta clase tiene una duración de dos horas, por lo que a las seis termina por hoy.

Al finalizar con su clase, sigue trabajando en su tarea de Matemática; sin embargo, con el paso de los ejercicios, se da cuenta de que tiene varias dudas acerca del tema. Entonces toma el teléfono y llama a sus amigos de confianza para que la ayuden a entender algunas de sus dudas y le expliquen con mayor profundidad el tema (claro, esta «llamada de estudio» es en 50% estudio y 50% platicar, molestar y simplemente pasar un buen rato con sus amigos que tanto extraña).

Escuchar sus voces, tapadas por sus risas y con los peores chistes que ha escuchado, hace que la distancia no se sienta tan grande. Luego de colgar con sus amigos, terminar la tarea de Mate y, como bono, finalizar algunas cosas que le hacían falta de su tarea de Física, es hora de cenar.

Al bajar a la cocina se encuentra con un plato de comida caliente y con su mamá, que está lista para acompañarla para comer y comentar un poco de su día. Después de cenar, sube a su cuarto para encontrar los materiales necesarios para alimentar su nuevo hobby… hacer pulseras, ya que está determinada a hacerle una pulsera a cada uno de sus amigos, porque así de grande es la cantidad de cariño que les tiene a cada uno. Aparte de ser un muy lindo gesto, Valeria se da cuenta de que en las clases presenciales no se distrae si está haciendo algo con sus manos, como dibujar, escribir… y hacer pulseras es un nuevo reto que la ayudará en su concentración, ¡y como un plus es muy divertido de hacer!

El reloj marca las 10:30 pm cuando Valeria está cómodamente en su cama, lista para adentrarse en la oscuridad de la noche y el calor de sus sábanas para finalmente cerrar sus ojos y recargar baterías para el día siguiente y todas las actividades que están por venir con él.