Este último mes, con una amiga decidimos crear un emprendimiento; al principio creímos que iba a estar muy fácil de llevar a cabo, pero después de unos días de comenzar con él nos dimos cuenta de que no es así… La realidad es que todo emprendimiento requiere de mucho esfuerzo y dedicación, especialmente si le pones alma y corazón, ya que cuidas de cada detalle. Sin embargo, si lo sientes como algo que realmente quieres hacer y que viene de tu corazón e ideas más profundas, no lo sientes como un trabajo.

La idea del emprendimiento surgió de una manera muy espontánea, pues ninguna de las dos lo tenía planeado y tampoco era una necesidad querer hacer algo. Estábamos un día acostadas hablando de las cosas que veíamos en las redes sociales, cuando de repente nos dimos cuenta de muchas cosas que estaban pasando, de las cosas que estaban más a la moda y las que veíamos que iban aumentando de fama. Debido a esto, dijimos como broma «ay, deberíamos de hacer esto», «igual nos gusta este estilo», «podríamos mejorar esto», «esto les gusta a las personas». Cuando estas palabras salieron de nuestras bocas, nos dimos cuenta de que podía no ser una broma y que estábamos respondiendo las preguntas esenciales para crear un buen emprendimiento. Desde este momento, empezamos a concretar todo y decir que lo íbamos a hacer, aunque al principio la idea era muy abstracta y ninguna de las dos pensamos que se iba a concretar tan bien. Después de ese día, la idea seguía en nuestras cabezas, por lo que seguíamos hablando de ella y compartiéndonos más ideas, hasta que un día dijimos «bueno, a empezar».

Así, poco a poco fuimos comenzando el emprendimiento. En este momento, me doy cuenta de que el camino del emprendimiento no es para nada fácil, ya que se corre el riesgo de no recuperar la inversión, hay que dedicarle mucho tiempo, tienes que fijarte en cada detalle, desde la tarjetita más mínima, hasta las publicaciones que tienes que compartir mediante redes sociales. Esto, si quieres que llegue lejos y llegar a un alcance de personas más alto. Pero, en mi opinión, cuando lo haces con el entusiasmo de estar haciendo algo de ideas propias, algo desde cero, algo que crees que es más un movimiento que un emprendimiento, lo haces con toda la felicidad del mundo, las ideas surgen genuinamente y las cosas te van saliendo bien, ya que lo estás llevando a cabo bien.

En lo personal, quiero decirles a todas las personas que no fuercen sus ideas, solo que las dejen fluir, que dejen fluir su creatividad, ya que así surgen las mejores ideas y, por ende, también proyectos, que, aunque al principio sean pequeños, poniéndole entusiasmo se puede convertir en algo grande.