Jacobo Árbenz Guzmán fue un profesor, coronel y presidente, hijo de un suizo que migró a Guatemala a finales del siglo XIX. Él opinaba que una distribución equitativa y una explotación racional de la tierra era la base para un país libre con estabilidad económica. Fue presidente de 1951 hasta 1954, año en el que fue perseguido y tuvo que abandonar Guatemala. Años más tarde moriría en México, y otros 20 años después sus cenizas regresarían a su patria.

Antes de que Árbenz llegara al poder, Estados Unidos había formado un monopolio en el que varias empresas operaban sin siquiera pagar impuestos. Una de estas empresas era la United Fruit Company, que era dueña de más del 50% del terreno en el que se cultivaba del país. Cuando Árbenz empezó con su reforma de las tierras con el decreto 900, enojó a los Estados Unidos.

Para poder entender por qué los Estados Unidos actuaron tan gravemente, tenemos que conocer lo que estaba sucediendo a nivel global y no solo nacional. En esos tiempos, la Guerra Fría estaba drenando muchos recursos de los Estados Unidos y de la Unión Soviética. Los Estados Unidos no querían aliados soviéticos cerca de ellos por la amenaza de convertir ese país en una base de misiles de la Unión Soviética. Cuando Estados Unidos se enteró de que Árbenz estaba tratando de realizar una reforma en Guatemala al expropiar a las empresas estadounidenses de varias de sus tierras, derrocaron el gobierno de Árbenz, con lo que se aseguraron de que sus empresas e intereses económicos no se vieran afectados y también dificultaron la libertad y soberanía de Guatemala.

El Gobierno siempre ha controlado a las clases sociales bajas con el motivo de dominar y mantenerlas fuera de las decisiones con impacto político y social en el país. Árbenz trató de romper esa dominación que siempre ha tenido el gobierno en relación con las clases bajas; cuando trató de mejorar la situación, simplemente fue derrocado, apartado, exiliado de su patria y país que tanto amaba. Si los Estados Unidos no hubieran intervenido, hoy Guatemala sería un país libre, una nación en la que la pobreza no sería tan preocupante como lo es hoy, un lugar seguro para vivir y un país soberano y capaz de tomar sus decisiones sin la influencia de otros países.

Juan Jacobo Árbenz Guzmán fue la mayor esperanza que Guatemala tuvo. Guatemala necesita alguien que no esté controlado por las élites, alguien con valores, pero más importante, alguien que piense en el pueblo. Esperaré el día en el que todo esto se plasme en la realidad de nuestro país, aunque es muy probable, que no viva para verlo.

Fuente: Árbenz fin del exilio de Daniel Hernández-Salazar

Foto tomada de: https://elperiodico.com.gt/cultura/2022/06/18/daniel-hernandez-salazar-presenta-el-libro-arbenz-fin-del-exilio/

Autor

Santiago Saavedra

Hola, mi nombre es Santiago. Me gusta mucho leer ciencia ficción porque me permite sumergirme en un mundo totalmente diferente y me deja alejarme de los problemas y pensamientos de la vida real. Además, practico squash todas las semanas y me ayuda a liberar todo el estrés de mi día. Últimamente he estado leyendo y enterándome de lo que pasa a mi alrededor tratando de salir de mi burbuja de videojuegos, deportes y colegio. Después de informarme de varias noticias estuve hablando con mis amigos y muchos de ellos no estaban ni enterados del tema y por eso me vino la motivación de escribir, ya que hay mucha gente desinformada y me gustaría expresar mi opinión acerca del tema, pero también dar los hechos para poder informar a la gente y ayudarla a entender lo que está pasando en nuestro mundo. Espero que les gusten mucho mis artículos y que se entretengan al leerlos.

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