¿Cómo sería el mundo si estuviéramos felices todo el tiempo?

El ser humano siente seis emociones básicas; sin embargo, en la vida sentimos casi 270. Sentimos varias emociones porque las necesitamos para sobrevivir y para adaptarnos a nuestro entorno, pero el sentimiento que la mayoría de nosotros prefiere es la felicidad, la alegría. Si nos hace tan bien, ¿por qué no funcionaría el mundo solo con este sentimiento? En este artículo imaginaremos un mundo donde todos son felices todo el tiempo.

Imaginemos: es un día soleado, el ambiente es fresco y el mundo funciona como siempre, excepto que en ese mundo todo es «perfecto», nadie está enojado, no hay nadie triste ni preocupado. Por eso, tú también te sientes feliz allí. ¿No sería eso fascinante? Pero hay un problema, muchas de esas personas están pasando por momentos difíciles y no pueden sentirlo. No se sienten tristes y puede ser que pienses «¿De qué sirven la tristeza, el enojo, el malhumor, la envidia, el miedo?». Pues esas emociones son exactamente las que nos hacen humanos, nos conectan con lo demás. Esa es la empatía y conecta más con los sentimientos de dolor, tristeza o sufrimiento. Por eso en un mundo sin momentos de sufrimiento se perdería la empatía, no habría sentimientos que compartir más que la felicidad.

Otra desventaja de una vida 100% «perfecta», alegre y feliz es la conformidad que las personas tendrían en todas las situaciones. No se buscaría justicia porque, estando conformes con lo que nos pase, no buscamos cambios o soluciones. La preocupación es lo que nos provoca la necesidad de buscar algo que nos reconforte. En la vida perseguimos la felicidad y es normal que la alcancemos en algunos momentos y luego se escape. O en muchos casos alcanzarla requiere más esfuerzo y al lograrlo se queda por más tiempo. De cualquier forma, es lo que hacemos en la vida. También buscamos pequeñas dosis de felicidad día a día, algo que nos haga sentir bien, ya sea comida, ejercicio, una película o serie, salir de paseo, ir con amigos, etc. La alegría nos ayuda a establecer metas a corto o largo plazo.

¡Datos curiosos! 

    1. Es más sano procesar las emociones negativas y tomarse su tiempo en ello que buscar emociones positivas lo más pronto posible en un momento difícil.
    2. Para una persona, las emociones más difíciles de actuar son las negativas. Se puede fingir una sonrisa más fácilmente de lo que se pueden fingir las lágrimas. Por esto, los actores y actrices practican por años.
    3. Ciertos estudios científicos han comprobado que, al soñar, las hormonas del estrés disminuyen, por lo que los malos recuerdos al despertar son menos dolorosos o ya no los vemos tan malos.
    4. El olfato y las emociones están profundamente conectados. A diferencia de los otros sentidos, un olor se graba inmediatamente en nuestra memoria como el momento que estamos viviendo al olerlo. Entonces cada vez que volvemos a sentir ese aroma nos lleva al mismo momento.
    5. Cuando estamos en una situación que nos da miedo y la logramos superar, nos volvemos más fuertes. Esto se debe a la neutralización del miedo que se produce en ese momento.

Por supuesto, sería muy divertido y bonito solo sentir felicidad y no sufrir, llorar o enojarse nunca. Pero entonces ¿seríamos humanos? Mi conclusión es que si la gente solo sintiera felicidad no tendríamos un propósito o metas, la necesidad es lo que nos proporciona ese apuro de conseguir lo necesario para la supervivencia. Sentirnos incómodos nos aleja del peligro, sentirnos tristes nos ayuda a procesar las memorias dolorosas, y sentir miedo evita que estemos en situaciones que podrían ser mortales. Por eso creo que un mundo solamente de alegría no funcionaría. Pero tú, ¿cómo crees que sería el mundo si solo sintiéramos felicidad?

Fotografía de portada: © Elena Monterroso

Autora

Elena Monterroso

Me llamo Elena Monterroso. Siempre me ha gustado escribir, pues considero que es la forma más fácil de comunicarme y compartir mis pensamientos e ideas. Con mis textos busco entretener y, sobre todo, informar a los lectores, ya que creo que una de las cualidades más importantes en una persona es el conocimiento. Pienso que es importante seguir aprendiendo, seguir buscando y despertar curiosidad hacia temas que aún no conocemos.

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