¿Cómo sería el mundo si pudiéramos aprender y entender todo?

Una de las características más especiales de los seres humanos es nuestra curiosidad. Creo que entender algo que nos ha costado descifrar es una de las mejores sensaciones en la vida, pero también acabo de descubrir que, cuando no entendemos algo, lo podemos ver de dos maneras: positiva o negativa. Si lo vemos de forma negativa, creemos que nos tardaremos mucho, no lo entenderemos bien o en algunos casos cerramos nuestra mente hacia ese problema. Pero si lo vemos de forma positiva, podemos ver que tenemos una oportunidad para experimentar y pensar profundamente en un problema que podemos relacionar con algo que ni siquiera imaginamos. Es por naturaleza que el ser humano (o todos los seres vivos) nacemos conociendo muy poco y crecemos descubriendo una pequeña parte de todo, poco a poco. En este artículo, imaginaremos cómo sería el mundo si comprendiéramos todo con tan solo la primera explicación o por intuición.

Para comenzar, creo que el aprendizaje y el descubrimiento serían mucho más rápidos y, si naciéramos con la habilidad de descifrar los problemas la primera vez que lo vemos, acabaríamos comprendiendo la infinidad de temas que pueden llegarse a presentar en la vida. ¿De qué nos serviría buscar una respuesta si ya la tenemos? Como ya sabríamos cómo funciona todo, tendríamos muchas cosas solucionadas, tecnología más avanzada, un estilo de vida más evolucionado e incluso muchos de los trabajos actuales desaparecerían. Todos los trabajos de investigación (científica, social, histórica, ambiental, etc.) no existirían ya que solo con ver un problema conoceríamos su solución. En la actualidad, estas profesiones de investigación son de suma importancia, creo que son las que le dan emoción al descubrimiento y son las que nos están haciendo evolucionar, cambiar y mejorar como especie. El análisis y el proceso que se realiza para entender los distintos conceptos (ya sean abstractos o no) es parte de lo que nos hace seres humanos. Hasta donde sabemos, los animales son seres muy inteligentes y con grandes capacidades, pero el ser humano ha llevado su razonamiento a un nivel más desarrollado. Esto gracias a que pensamos para solucionar, creamos ideas y nos cuestionamos: «¿Qué pasaría si…?», «¿por qué pasa esto?», «¿cómo sucedió?»

Por otra parte, si los humanos fuéramos así de ágiles para comprender, ¿perderíamos la curiosidad o se pondría en riesgo? La curiosidad que sentimos por las cosas se produce porque nuestro cerebro identifica un problema que es confuso para él. Nuestra especie tiene la característica de ser persistente, entonces algunas veces no podemos soportar la idea de no comprender una situación, por lo que si supiéramos cómo funciona todo, sabríamos que cualquier situación que se nos presentara la sabríamos inmediatamente, sabríamos que tenemos ese patrón, por lo tanto, no buscaríamos nuevas soluciones, nuevas perspectivas ni nuevas ideas. «¿Para qué buscar cosas nuevas si de todas formas no tienen nada de interesante? ¡Ya sabemos cómo todo funciona!»

Creo que en un mundo donde no sintiéramos esta intriga y lo comprendiéramos todo, habría dos opciones: la primera es que ya habríamos desarrollado todo lo que hemos logrado hasta hoy en un tiempo menor. La otra posibilidad sería que ya habríamos perdido parte de nuestra curiosidad y de lo que nos hace humanos, por lo que el avance sería menor. Personas han trabajado años para lanzar cohetes al espacio solo para conocer mejor y ver una millonésima o menor parte de la naturaleza fuera de nuestro planeta. Se ha trabajado siglos en descubrir y desarrollar tecnología que nos permita ver el mundo microscópico de una forma más clara. Se ha vivido una historia llena de millones de eventos simultáneos, y en cada uno de esos momentos hay detalles curiosos que han tomado décadas de investigación. Todo esto gracias a que nos sentimos intrigados por nuestro alrededor. ¡Lo que hemos logrado es impresionante, nos hemos dado cuenta de que nuestra creatividad es el único límite! Estas, por supuesto, son mis suposiciones. Pero tú, ¿cómo crees que sería el mundo si comprendiéramos todo?

Fotografía de portada: © Elena Monterroso