Ahora más que nunca, nos hemos dado cuenta de que la situación de nuestras vidas puede dar un giro de 180° en un abrir y cerrar de ojos. Hemos visto que nuestra vida se puede transformar, tanto como para bien como para mal, en cuestión de días, horas, minutos e, incluso, segundos, sin que nosotros podamos hacer mucho al respecto.  Desde ese día, viernes 13 de marzo, cuando se anunció el primer caso de este desbaratador virus, supe que todo iba a cambiar, era inexorable. Es increíble pensar que no puedo modificar muchas cosas que suceden en mi vida, solo tengo que aprender a vivir con ellas y a agradecer por todo lo bueno y positivo que se me presente en ese camino. En los 17 años que llevo de vida, me he percatado de que no todo es color de rosa. He tenido muchas bendiciones y oportunidades, eso sí, al igual que momentos muy difíciles también, pero he comprendido que, para ser feliz, tengo que ser sumamente agradecido con todo lo bueno y, para ser fuerte, tengo que aprender lo más que pueda de todos esos desafíos.

Primero que todo, creo que tenemos que estar agradecidos con Dios por el hecho de estar vivos un día más, por estar bien, sanos, con alimento en nuestras mesas y junto a nuestras familias. Es inimaginable lo que Dios ha hecho por nuestras vidas y muchas veces, si no lo reflexionamos, ni cuenta nos damos. Para esas personas que no creen que Dios está ahí, que se pierden de él,  piensen en todo eso bueno que les ha sucedido en sus vidas y mediten cómo es que llegaron hasta ahí y por qué. Se darán cuenta de mucho. Aparte de Dios, que siempre tiene un plan para cada uno de nosotros, en nuestras vidas tenemos a personas muy buenas que hacen todo por nuestro bienestar. Un ejemplo muy claro de estas personas pueden ser nuestros papás, nuestros abuelos, un amigo especial, un mentor, un maestro, algún tío o primo o incluso algún empleado, pero a lo que quiero llegar es que siempre hay alguien ahí, queriéndonos, apoyándonos y ayudándonos a crecer. ¿Será que muchas veces nos cuesta analizar esto? ¿Nos cuesta reconocerlo y dar las gracias?

Dejando a un lado todas las relaciones personales importantes que cada uno tiene en su vida, tenemos que comprender, de igual forma, que hay que estar agradecidos con todas las oportunidades que poseemos. Imaginen solo la cantidad de personas que están estudiando ahorita, ¿cuántos jóvenes en nuestro país no se quedaron sin poder aprender debido a esta crisis? Pensemos en cuántas familias completas están ahorita desempleadas, en cuántas empresas han quebrado, en todas esas personas que están falleciendo en las camillas o en los pisos de los terribles hospitales públicos o, incluso, en cuántos hermanos y hermanas de nuestra querida Guatemala están muriéndose de hambre. En serio, reflexionemos y agradezcamos con todo nuestro corazón que no hemos tenido que atravesar esta crisis de formas tan brutales como a muchas familias chapinas les ha tocado.

Esta crisis que hemos vivido ya más o menos por seis meses no es que solo esté afectando a ciertas personas, nos está dando duro a casi todos. «En lo personal, pienso que me he convertido en alguien mucho más humilde porque he tenido que llevar a cabo cosas que nunca antes me hubiera imaginado que haría. He tenido que sacrificar cosas que antes hacía en mi día a día; básicamente, pienso que, junto a toda mi familia, nos hemos tenido que reinventar totalmente». Si esta crisis me ha ayudado de algo es a ser extremadamente agradecido y modesto, cuando uno está en tiempos buenos, y a ser tenaz, luchador y trabajador, cuando uno se encuentra en tiempos difíciles, porque esa es la única forma para salir de ellos y superarlos.

Espero que, si ya llegaron hasta acá, se hayan dado cuenta de la importancia que el agradecimiento tiene en la vida de cada uno de nosotros. No se puede vivir sin él. Dar gracias por todo lo bueno de nuestras vidas es crucial, es lo que nos hace humanos, quedémonos reflexionando en eso. Hay veces que hasta he pensado que deberíamos de agradecer los tiempos difíciles, porque estos son los que más fuertes nos hacen. Abramos los ojos, ser humilde y agradecido son dos grandes piezas de ese rompecabezas que a mí me gusta llamar «felicidad», y estoy seguro de que es así.

Autor

Consejo estudiantil de Secundaria 2019-2020

Somos el Consejo estudiantil de Secundaria 2019-2020. Desde que asumimos este puesto, hemos estado cerca de todos ustedes para escucharlos y ayudarlos a que su paso por la Secundaria sea toda una aventura. Los integrantes del Consejo somos Marcela Bonifaz, Jose Fernández, JP Arrivillaga, Andy Pérez y Juan Diego Castañeda; Sabrina Salguero estuvo con nosotros una parte de esta aventura, pero se fue a vivir a otro país.

Artículos del autor