Sara Sobalvarro es una alumna de Quinto Bachillerato conocida por su amabilidad, su amor por los animales y por ser una de las personas más abiertas a participar en distintas actividades. No solo es una gran estudiante, sino también es una jinete fenomenal, sus días no estarían completos sin salir a montar e iniciar la mañana acompañada de la luz del sol, su caballo y la alegría que esta actividad genera en ella. Este texto cuanta cómo es un día como cualquier otro desde el punto de vista de Sara.

La luz del sol se cuela por las cortinas del cuatro de Sara, pegando en sus ojos y dándole la primera señal de que es hora de despertarse; en ese mismo momento, en una sincronización demasiado perfecta suena su alarma y le indica que son las seis y es hora de comenzar su día.

—«¡Qué bella mañana para salir a montar!», —piensa. Sale de su cama y se dispone a arreglarse para salir. Alrededor de las 6:30 ya está saliendo de su casa y se encamina al establo, donde su caballo la espera. Esta actividad dura alrededor de una hora, pues monta sin parar de siete a ocho, este lujo es posible, ya que cuando el colegio estableció un horario fijo para las clases hace ya un par de meses, todas sus clases quedaron a las 8:35. «Gracias a Dios», —pensó en aquel momento, pues tiene la oportunidad de hacer una de las actividades que más le gustan.

Luego de terminar de montar, le da zanahorias a Hartmann, su caballo. Le da cariño como una forma de expresarle su amor y darle las gracias por una mañana más de montar juntos. Regresa a casa y se prepara para recibir sus clases, las cuales recibe aproximadamente de 8:30 hasta las 11:30 y, en casos especiales, hasta las 11:45.

Al terminar con sus clases, dependiendo de qué tan cansada se encuentre ese día, toma una decisión entre sus dos opciones: dormir un rato y descansar antes de almorzar o comenzar a hacer tareas. Termina de hacer tareas lo más rápido posible y, como su, Ximena, su hermana también monta y la única diferencia es que Ximena va en las tardes, la acompaña. En los días en que no va a montar, saca a pasear a sus perritos para darles un poco de aire y que hagan ejercicio al mismo tiempo o sale a tomar un café o a pasar una linda tarde al lado de su papá, comiendo un helado juntos. Hacer ejercicios en la tarde es una de sus actividades menos regulares, ya que depende mucho del tiempo que tenga ese día.

Al llegar el final del día, ver un par de series y habla con su novio. Antes de irse a dormir, deja todo arreglado para el día siguiente para despertarse con los rayos de sol y hacerlo todo otra vez.

Autora

María Lucía Flores

¡Hola! Mi nombre es María Lucía Flores Rodríguez, y es todo un placer escribir para ustedes. Soy una alumna a la que le encanta observar el mundo y las personas que lo conforman. Me apasiona descubrir lo que nos hace destacar y brillar a cada uno de nosotros, por eso me gusta hablar acerca de las diferentes personas, actividades y trivialidades del colegio para darles a conocer a todos ustedes de manera más profunda el ambiente maravilloso que nos rodea en el colegio. Cada uno brilla de una manera diferente y por eso para mí es importante apreciar cada chispa qué hay en el colegio y cómo nos hace resplandecer <3 .

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