Seguramente, muchos de nosotros hemos deseado alguna vez tener algún tipo de aparato que nos permita regresar en el tiempo y cambiar algunas cosas. Sin embargo, y después de reflexionar sobre ello, yo no cambiaría nada. Durante este encierro, me he dado cuenta de lo valiosas que han sido todas las experiencias que he vivido a lo largo de los años: las emocionantes, como mi primer partido de futbol; las educativas, como trabajar en un restaurante, o las divertidas, como ir a fiestas. Las experiencias de vida son las que nos forman como personas.

Una de las mejores experiencias que he vivido fue conocer a Gary, un sudafricano que a primera vista no parecía ser la gran cosa, pero después de hablar con él descubrí que no solo era un gran empresario, sino que hacía lo que realmente le gustaba. Gary me contó que había tenido cinco restaurantes en Londres, dos en Costa Rica y, ahora, uno en Guatemala. Una vez estabiliza los restaurantes, los vende y utiliza el dinero obtenido saltando en paracaídas. A Gary le gusta lo que hace y vive para ello, algo que he visto en muy pocas personas. Para mí, él es una clara muestra de lo que es ser auténtico y alguien que ha encontrado la fórmula para vivir la vida con felicidad. Gary sigue en Guatemala y de vez en cuando lo veo en su restaurante porque, aparte de ser una persona genial, estoy casi seguro de que cocina la mejor comida Thai de Guatemala.

Esta historia sería normal si yo hubiera conocido a este tipo en una plática de emprendimiento o en un centro de negocios, pero no fue así. A Gary lo conocí un día que fui a surfear a El Paredón, Buena Vista, un pequeño pueblo que, en ese tiempo, ni siquiera estaba asfaltado. El Paredón es un lugar de hippies, surfers y mochileros, y muchos de ellos son personas interesantes y exitosas.

De todas las cosas podemos aprender algo, esa es la parte bella de la vida. Yo aprendí mucho de Gray y espero seguir encontrando gente como él en mi camino. Después de este encierro, propongo que nos expongamos a situaciones y lugares diferentes, porque es ahí, en lo desconocido, donde tendremos la oportunidad de conocer a personas interesantes que nos enseñarán a ver el mundo desde otra perspectiva. Salir de nuestra zona de confort nos da una ventaja sobre las situaciones, pues nos convierte en personas más versátiles e interesantes. Del pasado aprendamos de lo bueno y lo malo, y en el futuro expongámonos para aprender de estas experiencias, porque como dice la frase: «La vida solo la podemos entender si la vemos hacia atrás, pero para seguir entendiéndola, debemos ir hacia adelante».