Monumentos de la ciudad

Al visitar París, es crucial empezar el viaje al ir a uno de los monumentos más icónicos de todo el mundo: la Torre Eiffel, la cual fue diseñada por los ingenieros Maurice Koechlin y Émile Nouguier. Es el punto más alto de la ciudad y al llegar a la cima se puede ver un ejemplo de una de las urbanizaciones más impresionantes del mundo. El Arco del Triunfo es el arco más célebre del mundo, pues representa las victorias del ejército francés bajo las órdenes de Napoleón. También hay que ir a la Catedral de Notre Dame, que es un culto católico dedicado a la Virgen María. Tiene una arquitectura preciosa y antigua, con vitrales y piedras que fueron construidas en el año 1163.

Sitios culturales

Es imposible hablar de sitios culturales en París sin mencionar El Museo del Louvre, el cual tiene bellas artes, arqueología y obras de impresionismo. Es un sitio al que vale la pena dedicarle todo un día para ver las obras más importantes, como La Gioconda (Mona Lisa), La Virgen de las Rocas, Venus de Milo y muchas más obras preciosas. Moulin Rouge es un famoso cabaret que fue construido en 1889 y es conocido por sus espectáculos impresionantes y por tener obras de artistas como Lautrec.

¿Dónde comer?

París es conocida como la ciudad de la gastronomía, por lo que es imposible mencionar solo cuatro restaurantes y recomiendo visitar muchos de los restaurantes que se pueden encontrar en las calles y no ir a un restaurante de cadena. La Cantine de Memé es un sitio único en el que se encuentra una de las mejores representaciones de comida francesa auténtica, pues son platillos simples, pero deliciosos. También se puede ir al pintoresco restaurante Domenico’s que tiene una decoración preciosa y se puede comer algo muy bueno sin que sea extremadamente caro. Para un postre, recomiendo ir a Ladurée, que tiene sucursales en Londres, Nueva York, Los Ángeles y Miami, pero la original está en París. Es famosa por su deliciosos macarons y troncos navideños, con sabores únicos como lavanda, rosas y calabaza. También puedes comprar uno de sus tres libros de cocina, uno es de macarons, el otro de postres y el último de comida salada. Finalmente, para despedirte de la ciudad con un café, hay que ir a Lacroix Patisseir, en el que hay unos mousses de muchos sabores únicos, como rosa y pistacho y venden uno de los cafés más deliciosos de la ciudad.