Querido diario:

Hoy te comentaré sobre la pandemia, el Covid-19, algo que ya ha estado rondando por el mundo desde hace varios meses y que está afectando a todos. Ha sido un proceso de aprendizaje increíble que de seguro no olvidaré; he logrado cosas que estando en el colegio no hubiera hecho. Por eso, en cierto aspecto, esto ha sido beneficioso, pero hay actividades que debo admitir que me hacen falta.

El colegio siempre ha sido una gran parte de mi vida, desde muy chiquita. Muchos de nosotros, todos los años, a partir de enero empezábamos ya a ansiar las vacaciones. Y ahora, ansiamos regresar. Algo un poco irónico, ¿no? Pero creo que es cierto. Nunca me había puesto a pensar en cómo sería mi vida si me pasara a homeschooling; pero no tuve tiempo de pensarlo, de una vez empecé a vivirlo, al igual que todos. No voy a mentir, los primeros meses no fueron para nada fáciles, tampoco para los maestros, que han hecho un gran esfuerzo, al igual que nosotros. Fue toda una sorpresa (o algo por el estilo, ya que se sabía desde enero que un virus estaba rondando por ahí en China) y tuvimos que ser resilientes desde el día uno. Nadie estaba tan organizado como lo estamos ahora, todo era un relajo. Mucho estrés y miedo vinieron a mi vida, pero poco a poco eso fue disminuyendo.

Como decía, hay cosas que extraño, y una de las principales es ver a mis amigos. Sinceramente, yo pensaba que no me hacían falta, que mis preocupaciones y estrés eran por otras cosas. Me convencí un día en el que un mi amigo llegó a darme unas galletas: me quedé algo nostálgica cuando se fue. Nos vimos menos de tres minutos y me puse a pensar que sí hace demasiada falta ver a otros seres humanos, especialmente a mis amigos, que son una parte de mi vida. Como te comentaba en mi relato anterior, no tuve el chance de despedirme en persona de uno de ellos, todo fue virtual.

Otras cosas que me hacen falta son todas las actividades en el colegio. Mi empatía para los de Sexto y Quinto Bachillerato, que son los grados más afectados. Sé y tengo presente que nuestra salud es mucho más importante, pero se suponía que iba a ser su gran año. Yo les diría, ¡ánimo, porque a lo mejor cuando esto termine hacen un fiestón!

Otras cosas que extraño bastante son las idas a pasear por los centros comerciales y las idas a restaurantes. Sé que ya están abriendo todo esto poquito a poco, con todas las medidas de prevención, pero por un buen tiempo, ya no será lo mismo. La realidad de andar con mascarillas y estar distanciados me atormenta porque no me gustan para nada los cambios; pero ni modo, uno se adapta.

Por último, pero no menos importante, quisiera recordar a Chica, una de las niñeras del colegio, quien por años ha cuidado la salida de quienes nos íbamos en carro o caminando. Siempre ha sido muy cariñosa y amable con nosotros; siempre atenta a que nadie se escapara. El lunes salió en redes la noticia de que se había perdido, pero aparentemente ya la encontraron sana y salva. Espero que esté bien y que pueda regresar pronto a cuidarnos.

Esta pandemia ha afectado a todos y ha producido muchos cambios: algunos probablemente van a ser permanentes. No sé qué va a ser de la humanidad, cuándo va a acabar, pero lo que sí sé es que hay que ser fuertes, porque esto acabará y todos juntos saldremos adelante.

¡Que Dios te bendiga, pero, sobre todo, que Dios bendiga a Guatemala!

Autora

Mari Vittorietti

¡Hola! Soy Mari Vittorietti, alumna de Segundo Básico. Desde pequeña me fascina todo lo artístico, especialmente actuar, porque puedo expresarme sin miedo, puedo ser yo misma. También me gusta experimentar y aprender cosas nuevas, porque logro salir de mi zona de confort y me topo con un mundo que desconozco. Le escribo a mi diario sobre mis experiencias, las que pienso que sean interesantes y divertidas, y… las comparto con ustedes. ¡Espero que disfruten los artículos que el e-capirucho tiene preparados para ustedes con mucho esfuerzo y dedicación!

Artículos de la autora