Pasa cuando me rio. Cuando se achinan mis ojos y me sonrojo pura cereza. Pasa cuando despierto con una sonrisa en la mañana. Cuando no encuentro razón para no estar bien. Pasa cuando sueño. Cuando me permito encontrar felicidad en futuros fantasiosos. Pasa cuando hay un brillo en mis ojos. Cuando mi ilusión se concentra en un solo lugar.
Cuando una memoria carga tanta emoción que la siento en la punta de mis dedos. Cuando el futuro tiene un nuevo significado que parecía nunca ser posible. En mi mente parecen haber mil redes que se unen para formar una sola forma, un solo significado. Sucede que, sin yo entender o controlarlo, todo toma razón. Todo es más profundo. Las estrellas en la noche infinitas son un recordatorio de la enormidad y la luz del día de la calidez continua. Tanto que la naturaleza y yo somos uno.
Pasa que solo pasa. Sin control y sin intención. Que mis días tienen una nueva rutina. Que va tocando cada aspecto de mi vida sin obstáculos. Es un poco difícil de explicar cuando simplemente existe y ya. Que me recuerda a cuando el sol hace sombra de las ramas de los árboles, duplicando su belleza. Que lo encuentro en la música calmada que hace a la gente cerrar los ojos. Que está también en el canto de los pájaros por la mañana. O en el olor a tierra mojada después de una lluvia. Así de natural ocurre.
Me recuerda a los secretos que se escriben en la arena y las olas que se los llevan. Así pasa. Cosas que antes no tenían explicación o razón aparente. No había razón para escribir esto. No había razón para quedarme hasta tarde despierta porque no logro conciliar el sueño de la felicidad. No había razón para estar así. Sonrío de la memoria, de los sueños, del futuro y de la vida. Sonrío porque sí y porque no.
Pasa cuando estoy en un lugar con luces de colores y me pierdo en ellas. Cuando los flashes me recuerdan a todos los momentos. Pasa incluso bajo influencias. Cuando estoy liviana y recuerdo cómo se siente estar así. Pasa cuando leo algo. Cuando leo e imagino una vida así, de cuento de hadas. Pasa cuando no paro de ver la hora. Cuando espero con ilusión la hora de la tarde. Pasa cuando veo mi pelo natural. Cuando las ondas son un reflejo de lo que quiere ver en mí. Pasa cuando el sol me pega en la cara. Cuando después de una mañana fría la tarde me saluda con su calidez.
Pasa que desde ahí existe razón. Que todo se concentra en un solo lugar. Todas esas cosas pasan porque sí y porque tengo recuerdos. Todas tienen una sombra, un reflejo de esos que se ven en el agua y que solo con suficiente concentración puedes identificar. Cosas sin razón tomaron razón. Y desde ahí, la realidad cambió.
La imagen de la portada fue diseñada con IA a través de ChatGPT.
Autora:

Camila Cordón
Soy Camila Cordón. Vengo de escritores y lectores; de personas que conectan con las letras. Creo que todos escribimos eso que necesitamos que nos escuchen o que no podemos decir en voz alta. Conecto con la escritura porque es mi manera de ser la versión más genuina de mí. Espero que lo que escriba haga sentir algo a alguien, porque eso es todo lo que quiero.