«En cualquier momento de decisión, lo mejor es hacer lo correcto, luego lo incorrecto y lo peor es no hacer nada».

Theodore Roosevelt (1858-1919)

Creo que la vida se basa de las decisiones que tomemos, tan simples como un «sí quiero» o tan complejas como la elección de la carrera que estudiaremos. ¿Por qué compleja? A partir de esta, formamos el resto del rompecabezas de nuestra vida. Tendremos nuevas amistades basadas en nuestro circulo de actividades, tendremos nuevos conocimientos y nuevas metas en torno a lo que estudiemos.

Según la filosofía, una decisión implica no solo un deseo o una intención, sino una resolución, un corte en el cual se separa del conjunto de posibilidades de acción que se presentan en una sola de ellas. Así, una decisión puede significar el fin de algo o el comienzo de algo nuevo, creando un sinfín de posibilidades con resultados diferentes. Las decisiones alteran el resto de nuestras vidas y determinan las personas que seremos. Es un proceso inevitable en cualquier contexto de la vida cotidiana.

Existen diversos tipos de decisiones. Las decisiones no solo se toman bajo un mismo contexto, sino que por muchos otros. Pueden ser tomadas bajo la incertidumbre y certidumbre o bajo riesgo, o bien, pueden ser decisiones programadas, no programadas, individuales o de grupo. En la vida, nos enfrentamos diariamente a situaciones o problemas nuevos. Algunos de ellos, triviales y otros, cruciales. Las personas difieren en gran medida en su capacidad para afrontar estos problemas. La resolución de problemas, por ejemplo, se integra por decisiones. Estas se ven afectadas por muchas cosas, pero según diversos estudios, el bienestar emocional de una persona, su relación de tiempo/esfuerzo y el bienestar general, personal y social implican que la toma de decisiones sea alterada.

Creo que, como cualquier otra cosa en la vida, es importante tener un balance en la toma de decisiones. Un balance entre decisiones personales, laborales, financieras, amorosas, familiares y estudiantiles.  Es curioso cómo una sola decisión puede afectar o mejorar nuestra vida por completo. Es por esto que existen diversas técnicas que nos ayudan a tomar decisiones lógicas, prudentes, y beneficiosas. Entre estas, se encuentra el análisis FODA. Identificar cuáles son las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas es indispensable para saber cuál es el siguiente paso que queremos tomar. Es normal sentir miedo al tomar una decisión, pues estas siempre implican alguna consecuencia —ya sea negativa o positiva—. Yo, por ejemplo, aún siento miedo al tomar decisiones, y actualmente, me encuentro tomando una de las más complejas en mi vida: mi carrera. Sin embargo, sé que, siguiendo un proceso de análisis profundo e identificando aquellas fortalezas o debilidades que tendré, tomaré la mejor decisión posible.

La toma de decisiones es un arte que requiere aprendizaje, experiencia y muchos fallos a lo largo de nuestra vida, y son aquellas que nos enseñan a ser mejores y a levantarnos al caer. Nadie nace sabiendo ejercer su libertad, sino que aprende a ser libre con base en las decisiones que uno toma. Nuestras decisiones nos definen y nos proyectan al futuro. Somos lo que decidimos ser. Yo decido mis amistades, mi trabajo soñado, mis relaciones familiares o amorosas y mis estudios. A partir de esto, decidimos construimos a nosotros mismos.

La imagen de la portada fue generada por IA a través de DALL-E 2.

Autora

Anika Capuano

Hola, mi nombre es Anika Capuano. Estoy en tercero básico. Me encanta leer y escribir de todo, empecé desde pequeña y desde entonces me apasiona mucho. Es algo que hago en mi tiempo libre, al igual que bastantes otras cosas. Considero que es una forma de arte, ya que nos podemos expresar libremente, y es por eso que decidí tomar un poco de mi tiempo para escribir en el e-capirucho.

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