A menos que vivas bajo una piedra, has estado expuesto a las redes sociales. Es un mundo fascinante en donde puedes hablar con personas de todos lados del mundo, puedes compartir memes, hacer videollamadas, conocer más de cerca a las celebridades y hacer «amigos» de todos lados. Pero no todo es sonrisas y arcoíris en el mundo cibernético.

Antes de que pienses que te voy a dar una lección de todo lo malo que son las redes sociales o que te voy a echar en cara todo el tiempo que pasas en tu teléfono, escúchame. Siendo yo adolescente he estado en tu posición. Mis papás me hablan de esto todo el tiempo (eye roll) de lo malo del internet, incluso al escribir este articulo me estaban tratando de dar una lección.

Muchas veces mientras veo Instagram o Tik Tok no puedo evitar compararme con todo lo que veo. Encuentro que tengo inseguridades que ni siquiera pensé que tenía. Instagram tiene filtros. Nos permite escondernos tras de una pantalla. Nos permite borrar y modificar todas esas pequeñas cosas de nosotros que nos hacen sentirnos inseguros. Estamos expuestos a likes, comments y shares y es casi una adicción. Subimos las cosas a cierta hora del día porque es cuando más gente las va a ver, editamos nuestras fotos y ponemos filtros.

Creo que lo que estoy tratando de decir en que muchas veces siento que tendemos a olvidar que atrás de la pantalla hay personas también. Hay personas con sentimientos, sueños, inseguridades. Que todos somos humanos. Que la única manera de tener una relación sana con las redes sociales es el respeto. Y si eres tú quien está del otro lado recibiendo comentarios que tal vez te lastiman, no estás solo. Si te sientes lastimado corta el problema desde la raíz y quita algunas personas de tu lista de amigos porque la única manera es decir las cosas a la cara.