«La única constante en la vida es el cambio».
Heráclito
Creo que realmente en esta vida nada permanece y nada es constante. Lo que tenemos un día al otro ya no estará, y viceversa. Los humanos nos vemos afrontados a diario con cambios que nos obligan a tomar decisiones abruptas o cambiar también nuestra perspectiva sobre las cosas. Me parece irónico que la palabra cambio se vea definida por el desprenderse de una cosa y recibir o tomar otra en su lugar y que la palabra constante se refiera a aquellas cosas que perduran y son certezas en esta vida. Aun así, la frase contradictoria de Heráclito tiene más sentido que nada. Los cambios vienen de cualquier forma y pueden ser definitivos en nuestro camino de la vida. Sin embargo, muchos solemos acoplarnos a rutinas y a cosas que vemos normales en nuestra cotidianidad y cuando llega la hora de ajustarlas o dejar de tener ciertas cosas que antes eran tan normales no sabemos cómo reaccionar y, en realidad, nos vemos abatidos al no saber cómo dejarlas ir.
¿Cómo cambiar esta mentalidad?
Alguna vez escuché algo que me impactó mucho: nada valiente nace de la zona de confort. Debemos poder dejar esta zona a un lado en ciertas ocasiones, pues no todos los cambios tienen porque ser malos. Simplemente es cuestión de adoptar perspectivas diferentes y aceptarlos como nuevas oportunidades. Los cambios llevan a los humanos a obtener un crecimiento personal mayor que cualquier otra cosa. De hecho, son fundamentales para la evolución de las personas, ya que hacen que las cosas se renueven, mejoren y se adapten. Los cambios nos hacen aprender y, de no hacerlo, nos permiten identificar aquellas cosas que tenemos que seguir ajustando en nuestras vidas para aprender sus lecciones.
Es normal no saber dejar ir las cosas… pero, al igual que todo en esta vida, es un proceso. La clave en esto es la adaptación, que es hacer que los cambios verdaderamente sean eficientes y funcionen de acuerdo con nuestras vidas. Cabe aclarar que todos llevamos estilos de vidas diferentes, y lo que a una persona puede que le sirva, a la otra no. Este es un proceso individual por el cual las personas deben de pasar.
Según Joissy Vega, psicóloga y asesora de empleabilidad, hay cinco pasos y actitudes clave para lograr una buena adaptación:
- Reconocer escenarios
- Actuar en relación con los cambios
- Conocer el nuevo escenario
- Flexibilidad
- Comunicación eficaz
Mayormente, estos pasos van apuntados a la dirección de cambios en el ámbito laboral, pero creo que pueden ser aplicados para cualquier tipo de cambio en nuestras vidas cotidianas. Debemos reconocer ese cambio que se presenta y actuar en relación con este; por ejemplo, si veo un cambio negativo en mis notas académicas, entre mis acciones debo de proponerme estudiar y actuar responsablemente. Ser flexible es una herramienta importante que debemos implementar a diario —nos permite ser personas tolerantes, aprensivas y con múltiples aptitudes— logrando entretenernos y sobresalir haciendo cosas distintas entre sí. Por último, la comunicación. Hacer saber a personas cercanas de los cambios que estamos afrontando nos lleva a una mejor aceptación y perspectivas diferentes sobre estos.
Sabiendo todo esto, los motivo a que cada día vean el cambio como una oportunidad. Una oportunidad para crecer, aprender y mejorar, reinventando nuestra vida y nuestra forma de ser.
«El cambio no es solamente necesario en la vida, es la vida misma».
Alvin Toffler, escritor.
Foto de Nina Uhlikova: https://www.pexels.com
Autora

Anika Capuano
Hola, mi nombre es Anika Capuano. Estoy en tercero básico. Me encanta leer y escribir de todo, empecé desde pequeña y desde entonces me apasiona mucho. Es algo que hago en mi tiempo libre, al igual que bastantes otras cosas. Considero que es una forma de arte, ya que nos podemos expresar libremente, y es por eso que decidí tomar un poco de mi tiempo para escribir en el e-capirucho.