Los alumnos de sexto grado tuvieron la oportunidad de plasmar, sobre una de las paredes de la clase, su visión del mundo. La experiencia resulta ser siempre divertida y enriquecedora, pues a través de las formas y el color, cada sección recrea según su percepción, los rasgos de su identidad como chapines, propiciando así el reconocimiento de nuestro valioso patrimonio, así como las singulares expresiones de nuestra cultura.